Presupuestos con erratas

Presupuestos 2014

Presupuestos con erratas

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda

Que los presupuestos del Estado para el 2014 no hay por donde cogerlos lo han criticado por activa y por pasiva casi todos los expertos económicos e interesados directamente en sus planteamientos. Que los presupuestos del Estado para el 2014 no hay por donde cogerlos lo han criticado por activa y por pasiva casi todos los expertos económicos e interesados directamente en sus planteamientos: gestores de comunidades autónomas, alcaldes y concejales, políticos mayormente en la oposición y algunos de la mayoría, pensionistas, empresarios, parados, estudiantes, sindicalistas y, en privado hasta ministros que rechinan contra su colega Cristóbal Montoro y su proclividad casi religiosa a pretender hacernos creer sus dogmas sobra la salida de una crisis que, casi seis años después, sigue su tradición de castigarnos más cada día.

Pero es que, además, el proyecto de presupuestos presentado al Congreso hace unos días para su debate se ha revelado inconcebiblemente erróneo nada menos que en la aritmética de sus cifras. Sus cálculos encierran un error nada menos que de diez mil millones de euros que, para empezar, falsean el porcentaje de endeudamiento que en la realidad es – habría que añadir que por fortuna – nueve décimas menor del dato que se había dado a conocer. La directora general de presupuestos, Marta Fernández Currás, tuvo que tragarse el marrón de intentar quitarle gravedad al error ante sus señorías.

“Fue una errata”, vino a decir Currás para quedarse tan pancha y sonriente aunque se supone que su sonrojo permanecería oculto bajo su rubia melena. Porque, ¿quién va a poder no ya creerse, sino imaginarse, que tan sesudos técnicos en cifras y números como habrán participado en la elaboración de las cuentas públicas pueden incurrir en un error, por mucho que se disfrace de errata, de diez mil millones? No es serio, es lo primero que se viene a la mente y estoy seguro de que en esta apreciación coincidirán muchos lectores conmigo. Si el resto del proyecto, del que tanto depende nuestro inminente futuro, está elaborado con el mismo rigor, apañados vamos.

Más información