Cuestiones aplazadas

Opinión

Cuestiones aplazadas

Un día por otro y la familia de Michael Jackson sigue sin enterrarle porque tendrán otras cosas más urgentes que hacer. Y, mientras, el artista “descansa” (es un decir) en una cámara frigorífica a muy baja temperatura, lo que faltaba es que encima contrajera la Gripe A; hay rachas que se empiezan a complicar y se encadenan los fracasos.

También pudiera ser que la familia se ha dado cuenta de que Jackson muerto es un negocio para muy vivos, y no se deciden a darle sepultura porque estarán pensando dónde pueden hacer más negocio con su cuerpo. Aún tiene suerte Michael Jackson de no haber fallecido en España, teniendo en cuenta lo dados que somos a la necrofilia, aquí se hubiera subastado su guante pero con el brazo incorrupto y de los dedos de sus pies se habrían hecho innumerables escapularios para devotos del rock. No se conoce otro país tan necrófilo como éste, prueba de ello son las temporadas que lleva en antena “Cine de Barrio”. Sin duda que Millán Astray acertó: no hay otro lugar en el que se pueda gritar “¡viva la muerte!” y que te hagan caso, (vaya usted a gritarle eso a Berlusconi que está por la labor de cazar chicas Martini, con o sin patines).

El padre de Michael Jackson mira al cadáver de su hijo como el que contempla una inversión en Wall Street; debería existir una ley para dejar en paz a los muertos. Terminarán exponiendo al cantante como al negro de Bañoles pero en lugar de con una lanza con un micrófono de pie alto. Es decir “Trhiller” pero de verdad.

Más información