La ministra selecta

Opinión

La ministra selecta


Hubo un tiempo en el que a los alumnos de Selectividad se les preguntaba sobre textos de Delibes, de Sánchez Ferlosio o de Ana María Matute, (en algunos casos también de Umbral), pero la moda es preguntar por autores más recientes. Por ejemplo por Bibiana Aido de la que se desconoce su pensamiento pero de la que se ha extraído un texto que ha sido objeto de examen.


Obvio que las reflexiones de la ministra acerca del interés de los jóvenes por la política no son lo mismo que un texto de Fray Luis pero algo debe tener cuando la mitad de los jóvenes optaron por ella y no por un escrito de Ana María Moix. Aido es de las que hace humor en contra de sí misma lo cuál es doblemente gracioso porque lleva a la reflexión y al espanto al tiempo. Una vez te secas las lágrimas inicias el camino del folio entre hipidos y carcajadas.


A pesar de su condición de bloguera los alumnos de Selectividad no le podían responder en su mismo tono, no valía escribir “vale tronqui, ya te digo”. Tampoco se admitían las risas entre paréntesis.


No se entiende por qué la ministra no acude a la Feria del Libro y firma en la caseta junto al héroe infantil Jerónimo Stilton; él tan ratón y ella tan ratona. A su lado “Kika la Bruja”, (naturalmente me refiero a Magdalena Álvarez). Sólo faltaría Zapatero vestido de Star Trek, a lo planetario. Si hay que acabar con la cultura que sea rápido pero que, además, parezca un accidente.


 

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