Una oportunidad única para España

Tribuna Especial 25 Aniversario

Una oportunidad única para España

Dionisio Torre, Director General de Axesor

España cierra con éxito un año atípico en el que ha transcurrido la mayor parte del tiempo con un Gobierno en funciones, inhabilitado para poder aprobar reformas de calado que necesita la economía.
España cierra con éxito un año atípico en el que ha transcurrido la mayor parte del tiempo con un Gobierno en funciones, inhabilitado para poder aprobar reformas de calado que necesita la economía. Nuestra previsión es que 2016 concluya con un crecimiento del PIB del 3,2%, ligeramente por encima del promedio mundial. Aunque la actividad económica bajará de velocidad en el año 2017, todavía esperamos unos números francamente buenos, con una expansión del 2,6% aproximadamente. Estos buenos datos vienen apoyados por el consumo doméstico, gracias a la mejora constante del mercado laboral, y por un comportamiento excelente del sector exterior, algo meritorio en un entorno de debilidad del comercio mundial y de creciente incertidumbre en términos geopolíticos, con elementos como la amenaza yihadista; el mal desempeño económico en áreas decisivas, como China y América Latina, con especial atención a Brasil; el inesperado Brexit; la crisis de la banca europea; la estrategia de salida de los bancos centrales de la política ultraexpansiva de los últimos años, o las dudas que se suscitan sobre el rumbo político que pueden tomar países como Italia, sometida a un referéndum determinante en diciembre, o EEUU.
 
Soplan vientos de cola para la economía española, pero hay claros indicios de que en el año 2017 irán creciendo las dificultades. Por eso, España dispone ahora de una oportunidad única de afrontar las reformas que necesita con urgencia, para consolidar su recuperación económica y ser más resistente a eventuales shocks que puedan tener lugar.
 
Superado el principal escollo, que era el de la parálisis política, el reto es ahora llegar a acuerdos entre las distintas fuerzas parlamentarias que permitan emprender los desafíos que hay que atender: unos Presupuestos Generales que consigan el visto bueno de Bruselas; la consolidación de las cuentas públicas; el incremento de la productividad y del potencial de crecimiento de la economía española; disminuir la elevada deuda externa; la alta tasa de paro (estimamos que para 2017 se situará en el entorno del 18,4%) y la creciente desigualdad social que ha generado una crisis que ha sido más profunda y duradera que en otros países de nuestro entorno.
 
¿Por qué España se ha visto especialmente afectada por la crisis mundial? Uno de los factores que ha influido claramente es la profunda bancarización del tejido empresarial. Aproximadamente un 80% de la financiación corporativa es bancaria, un porcentaje que en el caso de las pymes alcanza con facilidad el 100%. Se impone para las empresas una diversificación de las fuentes de financiación y no precisamente entendida ésta como limitarse a tener abiertas varias líneas de crédito con varios bancos, sino en avanzar hacia fórmulas como, por ejemplo, los mercados de capitales. En este sentido, se han dado pasos en la buena dirección. La puesta en marcha del MARF (Mercado Alternativo de Renta Fija) ha permitido a empresas de tamaño medio de muy diversa condición, financiarse mediante emisiones de deuda
 
El MARF acoge a compañías de la construcción, telecomunicaciones, aseguradoras, navieras, sociedades inmobiliarias, concesionarias de infraestructuras públicas, papeleras, empresas de consumo, hoteleras… incluso un buen número de pymes han podido acceder a través de la agrupación de facturas y derechos de cobro en un programa de bonos estructurados. Como agencia de rating, Axesor se enorgullece de haber sido la empresa elegida por la mayoría de estos emisores para obtener la preceptiva calificación de solvencia, imprescindible para conseguir el respaldo del mercado. Ahora es necesario continuar avanzando en una desbancarización que no será buena solo para el sector corporativo en general, sino también para la propia banca que, por partida doble, encuentra una oportunidad de negocio adicional al tiempo que reduce su riesgo.
 
Otro de los elementos determinantes, directamente relacionado con el anterior, es la preeminencia secular en España de empresas de tamaño reducido, con un porcentaje de pymes y micropymes superior al promedio europeo. La economía española necesita de empresas de mayor dimensión, que sean menos vulnerables, puedan acceder a financiación en condiciones más favorables y estén en mejores condiciones de aprovechar las ventajas de las economías de escala y de competir en un entorno internacional cada vez más exigente.
 
En definitiva, con un panorama de un sector empresarial muy fragmentado y bancarizado, lo que se ha puesto de manifiesto con la crisis es la necesidad de profesionalizar la gestión del riesgo empresarial y, en particular, el riesgo de crédito, ya que la inmensa mayoría de las operaciones comerciales se realizan a crédito. Nuestros análisis de la actividad empresarial española han detectado que al menos una de cada cinco empresas que ha quebrado durante la crisis era en realidad solvente y se ha visto abocada al cierre por un problema liquidez ligado a impagos. Una administración profesionalizada del riesgo de crédito reduce la incertidumbre en la gestión y, por tanto, disminuye de manera significativa las potenciales pérdidas. Nuestros estudios concluyen que adelantarse de forma eficaz a los impagos mediante una gestión profesional del riesgo tiene consecuencias positivas que se pueden cuantificar en un incremento medio del 3-5% de las ventas, una reducción promedio del 25%-29% de las pérdidas por impago y una mejora de hasta el 30% de la eficiencia en los tiempos de gestión.
 
Actualmente, la morosidad está en el nivel más bajo en cuatro años y el número de empresas que incumplen sus obligaciones ha descendido de forma vertiginosa, hasta el punto de que la ratio de incumplimiento empresarial va camino de situarse por debajo del 1% por primera vez en su historia. Del mismo modo, los concursos de acreedores acumulan tres años consecutivos de caída y están a los niveles más bajos desde 2008. El optimismo también se respira en la iniciativa emprendedora, ya que en 2016 se superará la barrera de las 100.000 empresas creadas y será la primera vez que esto ocurra en ocho años. Pero igual que el principal peligro para la Administración es caer en la complacencia de los vientos de cola que mecen a la economía española, también sería un error para las empresas caer en esa misma complacencia: la gestión profesional del riesgo de crédito debe ser una pieza clave para una dirección corporativa eficaz. El futuro no está escrito y la mejor manera de encararlo es estando preparado.
 

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