Amenaza Nuclear

Gibraltar

Amenaza Nuclear

Diego Carcedo

La abrumante acumulación de noticias han eclipsado el incidente, el preocupante accidente, ocurrido en Gibraltar con un submarino nuclear británico. La abrumante acumulación de noticias importantes que se han sucedido estos días – “Brexit”, atentado de Niza, golpe de Estado en Turquía, proclamación de Donald Trump y, por supuesto, la pesada digestión de las elecciones del 26J – han eclipsado el incidente, el preocupante accidente, ocurrido en Gibraltar con un submarino nuclear británico por el medio. Afortunadamente, muy afortunadamente, no tuvo consecuencias graves, que podrían haber sido catastróficas; la diplomacia del Reino, tardó pero acabó pidiendo disculpas a España y… aquí no pasó nada.
 
No pasó nada pero pudo haber pasado y, además, no era la primera vez que ocurría. La noticia no debe ser valorada de manera aislada ni siquiera englobada en la reclamación española de la colonia, que es un asunto que va para largo. Es inconcebible e intolerable que en Gibraltar haya una base de submarinos nucleares, a tan escasos metros del territorio español, que sufriría las consecuencias de un percance nuclear grave, nunca descartable. Es inconcebible por razones evidentes e intolerable porque se trata de una base de la OTAN en la cual España es aliado del Reino Unido.
 
Durante varias décadas, la convivencia de España y el Reino Unido como socios en la Unión Europea – ahora eso acabará con el abandono británico – y miembros de la Alianza Atlantica en buena armonía e intensa cooperación no es fácil de entender. Pero menos aún lo es esa base militar británica, en un territorio que debía ser plenamente español, dotada de elementos que en una mala hora podrían ocasionar una catástrofe que afectaría a toda la zona del Estrecho pero sobre todo a la sociedad española que con frecuencia no sabe el peligro que tiene en casa.
 
Las relaciones entre el Reino Unido y España al margen de este contencioso son excelentes y productivas para ambas partes, pero no tanto como para que España no emplee todos sus argumentos, influencias y capacidad de negociación para que por lo menos los submarinos con cargas nucleares se alejen de nuestras costas. Es una contradicción que nuestras fuerzas armadas no pueden acceder a armamento nuclear, una medida digna de encomio, y sin embargo que tengamos que convivir con el mismo riesgo procedente de otras extranjeras que no ofrecen esa garantía.

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