El vicesecretario de Acción Sectorial del PP presta declaración mañana por la demanda del extesorero tras llamarle «delincuente» en televisión. «A mí este tío me da un asco que no puedo verlo», declaró el vicesecretario de Acción Sectorial del PP, Javier Maroto, sobre Luis Bárcenas en una entrevista televisiva el pasado mes de julio. Sus palabras hicieron que el extesorero del PP demandara a Maroto por llamarle “delincuente”, y el calendario judicial ha hecho que ambos deban encontrarse mañana en los pasillos de Plaza de Castilla, aunque por distintas causas.
El extesorero, considerado uno de los cabecillas de la trama Gürtel, declara este miércoles por una querella criminal por injurias interpuesta por el sindicato de prisiones por asegurar que fue testigo de «palizas y vejaciones» durante su ingreso en prisión, según adelanta Europa Press desde fuentes jurídicas.
La querella contra Bárcenas la interpuso el sindicato de prisiones después que en febrero de 2015 sostuviera en una entrevista en ‘Interviú’ que la situación vivida en las cárceles es similar a los relatos de Charles Dickens: «como las prisiones del siglo XIX en Inglaterra, donde se aplicaba el castigo físico al interno».
Y por cosas del destino la citación del extesorero coincide con la de Maroto, que fue demandado por el exdirigente ‘popular’ por llamarle «delincuente» en un programa de televisión. Bárcenas presentó una querella el pasado verano por un presunto delito de injurias y/o calumnias, y salió adelante después de que el abogado del dirigente del PP se negara a rectificar las afirmaciones en un acto de conciliación. Este miércoles Maroto está citado en calidad de investigado por aquella demanda.
Aunque pisarán los mismos pasillos en el juzgado, uno se juega más que otro, en términos económicos: Bárcenas reclamó a Maroto un euro por el «daño moral» que le había infringido. El extesorero, por su parte, se enfrenta a una petición de indemnización de 50.000 euros por parte del sindicato. Bárcenas permaneció en prisión provisional durante 19 meses en la prisión de Soto del Real y afirmó que «los funcionarios llevan unos guantes especiales», sin especificar más, y que fue testigo de «palizas y vejaciones» en lugares donde «no hay cámaras».
«Es un tipo que me da asco. No puedo ni verle», aseguró Maroto en el programa de Telecinco. «Le deseo una larga estancia en la cárcel para que tenga tiempo suficiente de escribir sus memorias», añadió. Bárcenas pidió tanto a Maroto como al programa de televisión que reconocieran de forma «expresa» que no era un delincuente, a fin de «restituir su buen nombre, prestigio y honorabilidad».
