Portugal no quiere dejar escapar los lazos culturales que le unen con Brasil para sacar provecho de los Juegos de 2016. Al menos eso parece a juzgar por los últimos movimientos del mayor banco por activos del país, el Espirito Santo. A la entidad no le basta con el patrocinio de Cristiano Ronaldo. Su brazo inversor ha firmado varios contratos con constructoras y empresas de ingeniería brasileñas, como el gigante Odebrecht, para apoyar la construcción de estadios para 2016 y el Mundial de 2014.
Un banco español firmó recientemente un acuerdo de colaboración con otra entidad foránea, que había previsto un intercambio de obsequios en el acto. Sin embargo, finalmente decidió guardar sus regalos cuando sus representantes vieron que de la otra parte no había preparado nada similar.
Algunos ministros latinoamericanos que pasan por Madrid optan por el formato discreto de la visita privada, en lugar de prodigarse en actos públicos. Sólo en las embajadas correspondientes y en los ambientes empresariales y periodísticos más cercanos se conocen algunos detalles de este tipo de viajes que últimamente se están poniendo muy de moda. Parece que interesa mantener ciertos contactos en España, pero que no se quiere darle publicidad a tales encuentros.
