Los emporios familiares y la inversión extranjera

Opinión

Los emporios familiares y la inversión extranjera

Las últimas elecciones griegas, en las que ha triunfado el Partido Socialista, han servido también para que muchos lectores de prensa, desconocedores de los entresijos de la política de aquel país, hayan descubierto, de repente, que más que hablar de agrupaciones políticas, en este caso, habría que hablar de emporios familiares. Son los Papandreu, socialdemócratas, o los Karamanlis, conservadores, quienes se alternan desde hace años en el poder, según cuál sea la tendencia política que sigan los electores. Y lo hacen sin mayores sobresaltos. En la pura alternancia de dos monarquías compatibles entre si.

> Este tipo de funcionamientos extraños son, sin embargo, muy comunes en determinadas democracias. Sobre todo en los llamados países emergentes. El problema es que la mezcla de esta realidad con sus elementos colaterales de corrupción y clientelismo y la irrupción en el juego de la inversión extranjera tiene algunas consecuencias poco deseables para todos los partícipes del juego. Sobre todo, desde el punto de vista de la población.

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