Sobran los intermediarios

Más o menos...

Sobran los intermediarios

Carlos Humanes, editor de Elboletin.com

Bruselas y el BCE acaban de enviar un contundente recado a los bancos para afearles la hiperabundancia de bonos soberanos en sus carteras de inversión. Esta semana, Bruselas y el Banco Central Europeo (BCE) han enviado un contundente mensaje a los bancos españoles. Parece que allí no se encuentran demasiado cómodos con la hiperabundancia de bonos soberanos que habría en las carteras de inversión de las entidades de créditoespañolas. En realidad, el fenómeno se produce por varios motivos. Entre otros, porque se trata de un negocio estupendo.

Las compañías financieras pueden conseguir el dinero público del BCE al 1%, un tipo más que preferencial, y disponer de él sin ninguna exigencia de por medio o solicitud de contrapartida a cambio, como podría ser que se hubieran establecido, por ejemplo, unos ratios mínimos de inversión crediticia.

Después, las entidades privadas usan ese capital barato para prestar dinero a los estados con diferenciales favorables de tres y cuatro puntos porcentuales, según los casos. Un ‘carry trade’ de libro, permitido y propiciado por las autoridades políticas y económicas de la Unión Europea (UE)

Esto sucede porque la estructura fundacional y las actuales normas vigentes que regulan la actividad del BCE no permiten al Instituto Emisor financiar directamente a los estados. Por eso, de alguna manera, se usa a los bancos como brazo ejecutor en el intento de reducir las primas de riesgo y facilitar la captación de capitales a los tesoros públicos con más problemas.

Siempre en su justa medida, por supuesto, que no se sabe muy bien cuál es y también sin reconocer abiertamente la existencia de tal propósito de partida implícito, o cuando menos, conocido por todas las partes implicadas en el asunto.

Sin embargo, quizá haya una solución fácil para que esta anomalía, provocada por la crisis, deje de serlo e incluso se acelere el restablecimiento del flujo de crédito que necesitan los sistemas productivos del baqueteado sur de Europa para empezar a crear empleo. Bastaría con proceder al ‘aggiornamento’ del BCE.

Puesto que cuando se creo la institución nadie podía pensar que tuviera que enfrentarse a una situación como la actual habría que modificar la regulación que le afecta para que pudiera prestar directamente ese dinero público a los estados sin la mediación de compañía privada alguna. O por lo menos, fijar unas excepciones concretas para periodos económicos en los que resulte necesario actuar así.

Al final, una vez más estamos ante una situación paradójica y caótica que vuelve a demostrar que para salir de esta crisis, como sucede con todas, es necesario hacer política. Y que no valen las medidas ‘monetaristas’, cuyo balance hasta el momento, como hemos visto perfectamente es tan alarmante como negativo.

Más información