Tras los intentos de Bill Clinton y George W. Bush, todo parece indicar que el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha convencido a Raúl Castro para sostener a partir de septiembre negociaciones para reanudar el servicio de correo directo entre EEUU y Cuba, suspendido allá por el año 1963. Este no sería sólo un paso decisivo para las familias divididas geográficamente, que ya no tendrían que esperar a que las cartas llegasen a La Habana pasando antes por México o Canadá. Muchos creen que se trata de una decisión política clave, con una fuerte intención comercial.
El correo a la Isla no llega por arte de magia. Llega en aviones, que de momento sólo son de tipo charter y deben ser autorizados por Washington. Algunos diplomáticos enterados del asunto creen que, a más cantidad de correo, más aviones fletados deberán llegar al país caribeño, y no sólo con correspondencia. Otro asunto no menor es el papel que podrían jugar empresas como UPS o FedEx, que tal vez encuentren en Cuba un nuevo mercado en e que expandirse.
