Stuart Philips, el estilista que hace los cortes de pelo más

Opinión

Stuart Philips, el estilista que hace los cortes de pelo más

Stuart Philips, el estilista que hace los cortes de pelo más caros del mundo. El corte de pelo estándar que ofrece en su salón de peluquería, el Covent Garden de Londres, ronda los 23.000 euros. Su fama viene precedida por haber sido uno de los estilistas con más éxito en Hollywood y, más tarde, el preferido de la Academia Británica de Cine y Televisión. En 2007, consiguió el récord Guinness al corte de pelo más caro con un trabajo que costaba 8.000 libras. Hoy, dos años después, ha aumentado en más del doble el precio y asegura, en palabras al Daily Mail, que su negocio va viento en popa a pesar de la crisis. Aquel que paga 20.000 libras por cortarse el pelo en su salón recibe una atención personalizada durante todo el día: desde cocineros que preparan su plato preferido, hasta cuidadores de mascotas, intérpretes, productos para el cuidado del cabello en casa… y hasta guardaespaldas por si los necesitasen, y entre sus mejores clientes, están las esposas de oligarcas rusos, además entre sus asiduas se encuentran, por ejemplo, la tenista Serena Williams y la cantante Michelle Heaton.

Y pasamos de los que despilfarran a los que inventan mecanismos útiles y a muy bajo precio. Un grupo de científicos ha desarrollado una incubadora de bajo coste que se calienta con agua hirviendo. Lejos de los miles de dólares, hasta 20.000, que cuestan los modelos tradicionales, esta incubadora, que se denomina Embrace, se comercializa por 25 dólares, una cantidad apta para los países en vías de desarrollo. Además de evitar los problemas de transporte, así como la necesidad de conectar la incubadora a la red eléctrica, este dispositivo termorregulador es fácil de esterilizar y puede ser reutilizado.

Un ciudadano africano ha sido detenido en Abu Dabi acusado de intentar timar a la gente vendiendo una máquina que decía que falsificaba billetes de 500 euros, informó hoy el Ministerio del Interior emiratí. El detenido, cuya nacionalidad no precisa la fuente oficial, presentó a algunos clientes un artefacto, que llamó la «máquina mágica», e intentó engañarles diciendo que convertía hojas blancas en billetes de 500 euros. Y para ello escondía dentro de la máquina billetes de euros verdaderos y ante el público los sacaba asegurando que, mediante una operación parecida a la alquimia, el equipo convertía el papel blanco normal en esta divisa. En las investigaciones, el detenido reconoció que quería vender la máquina, que funcionaba conectada con el ordenador, por 50.000 euros.

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