El alcalde paga

Opinión

El alcalde paga

La voracidad de la SGAE no conoce límites, ahora tira contra los habitantes de Zalamea que osan poner en escena la obra de Calderón. A pesar de no tratarse del original sino de una adaptación de Pedro Crespo, (que cedió sus derechos al pueblo), a la SGAE le toca un pie y reclama catorce mil euros. Curiosa sociedad ésta de piratas instalados en el centro de Madrid que no descansarán hasta que los evangelistas no recuperen el último céntimo de su contribución a la Biblia. Ni aunque Dios se lo pida piensan aflojar su presión inquisidora.

Una solución para estos vecinos sería inscribir la obra como “El alcalde de Esparragosa de la Serena” y en vez de que el regidor apiole al capitán de los Tercios que ha mancillado a su hija, se hace una versión musical en la que el capitán se vuelve gay y tiene amoríos con el sacristán. De esa forma se podría conservar, en parte, la idea de Calderón, (al que le atormentaba la moral de cintura para abajo), y se ahorraban el diezmo a Tedy Bautista. Nunca un nombre estuvo más a la altura de las circunstancias: “te-dí”, (hasta lo que no tenía).

Con la SGAE pisando los talones no hay fiesta popular que lo resista. Para el año que viene los “Moros y Cristianos” de Alcoy están por inscribirse como parte de la “Alianza de Civilizaciones” y así no pagar derechos a Alá. Y en Pamplona el “Pobre de mí” podría ser sustituido por una canción de Georgie Dann. Los inspectores de la SGAE, disfrazados de altavoz, están en todas partes, son como los espías que denuncia Trillo, gente muy correosa.

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