El chándal del mal

Opinión

El chándal del mal

Igual que Fabra se ha construido un monumento a la medida de su ego en Castellón, la causa olímpica española ha diseñado un chándal para la crisis y el resultado es francamente mejorable. Algunos le llaman el chonichandal y dicen que es más adecuado para robar cobre que para alcanzar el oro, con un chándal así lo único que podemos aspirar es a formar parte de una rueda de reconocimiento en la Villa Olímpica.

El chándal forma parte de lo que nos ha caído encima, por eso decía Rajoy esta mañana en el Congreso que España ha tenido que elegir entre el mal y el mal peor, (sin duda que el presidente estaba pensando en el puñetero chándal que ha levantado tantas críticas en las crisis sociales). Hay gatos de esos que mueven la mano en las tiendas de los chinos que están mejor vestidos que nuestros atletas olímpicos. Con esas prendas seremos “esos prendas”. No hacía falta meterse en lujos, hasta una simple camiseta imperio blanca con unos calzones azules son un uniforme más decoroso. Si esperan sacar unos euros de la venta del chonichandal lo llevan claro; ni el capitán del “Costa Concordia” se hubiera atrevido a posar de esa guisa.

De ahora en adelante nos tenemos que acostumbrar a elegir entre el mal y el mal peor como decía el presidente, se acabó la elegancia, adiós a la imagen del caballero español que nunca fue dado a lujos pero jamás faltó a su cita con la elegancia. Una prenda así hubiera hecho las delicias de Jesús Gil y nos devuelve a los tiempos de “Imperioso”. En efecto estamos metidos dentro del mal y a partir de aquí hay que perder toda esperanza, Andrea Fabra no va a arrepentirse de manera sincera mientras no pida perdón el diseñador del chándal olímpico. Que vuelva Georgie Dann porque ya tiene uniforme oficial para la barbacoa.

A ver si con suerte se traen muchas medallas y se dejan olvidado el chándal en la taquilla, no pasaría nada si así ocurriera porque nos haríamos cargo de tan notable pérdida.

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