Hay rumores de que los tipos que nos tienen que contar cuánto cuesta el saneamiento de la banca española no van a publicar su informe hasta septiembre -se esperaba para julio- por órdenes del Gobierno. Le hemos preguntado a mi jefe que, de ser cierta esta información, qué deduce del asunto.
El que me paga ha suspirado antes de explicarme que, en su opinión, si la publicación de ese informe se retrasa significará que las ayudas no eran tan urgentes, y si resulta que no eran tan urgentes le gustaría preguntarle a Mariano Rajoy que a qué viene el numerito de la cabra que montó hace dos sábados. En caso de que sí sean realmente tan urgentes, a qué demonios viene ahora andar esperando.
Sea como fuere, y siempre dando por hecho que esos rumores fuesen ciertos, ojo, mi jefe me ha comentado que resulta una broma muy macabra en donde el mayor perjudicado volverá a ser, una vez más, el ciudadano. Un ciudadano al que ya se le está planteando tocar las pensiones. Vamos, que si este Gobierno es un festival, este sería un nuevo número del mismo.
