Algunos descreídos de los que frecuentan los mentideros madrileños lo tienen claro. Una de dos, o Dívar ha cometido un delito de malversación, o si no, lo que tiene que hacer, dicen estos propietarios de lenguas viperinas, es pagar el IRPF de su salario en especies.
La delirante argumentación de estas emisoras permanentes de maledicencias es como sigue: Los gastos que el presidente de los jueces no tiene que justificar son los relacionados con el ejercicio de su cargo.
Pero, puesto que hay alguna que otra partida que no parece estar relacionada exactamente con éso, basta con que se entienda que es un sobresueldo que le corresponde por su dedicación exclusiva y con que lo tribute.
Si lo hace, aseguran, ¿por qué va a dimitir? Si es un hombre que se dedica las 24 horas del día a su tarea y, encima, como cliente habitual de los hoteles de lujo, consigue unos precios magníficos…
