Los bancos alemanes quieren que las pensiones españolas les garanticen el pago de la deuda

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Los bancos alemanes quieren que las pensiones españolas les garanticen el pago de la deuda

Cada vez está más claro. Lo que pretende Merkel, piden las entidades financieras alemanas y exige Bruselas a España es que el dinero de las pensiones, de la sanidad, de la educación y, en general, cualquier ingreso que pueda obtener el Estado, sirva para garantizar a los acreedores germanos el cobro de las deudas que los bancos españoles tienen contraídas con ellos.

Unos préstamos que concedieron muy alegremente, con escasa profesionalidad y que fueron en su momento un negocio muy rentable. Hasta que la burbuja estalló y las cosas se torcieron. Tanto que si no se produce su devolución, muchas compañías financiera alemanas se encontrarán bien cerca de echar el cierre y de quebrar.

Por eso ahora, se niegan a que sea el Bankia de turno el que pida a Europa el dinero para recapitalizarse. Porque los activos de las cajas nacionalizadas son más que dudosos y no resultan un aval afectivo. Y esa debilidad se trasladaría también a los balances de esos bancos acreedores dispuestos a arruinar a todos los europeos con tal de sobrevivir.

No es lo mismo anotarse un préstamo a devolver por el Tesoro español que por una entidad financiera con calificación de bono basura. De ahí las prisas y las exigencias de que ese ‘rescate’ bancario sea supervisado, o gestionado, por un grupo de expertos internacionales.

Otro motivo para que Alemania quiera resolver este asunto cuanto antes es, evidentemente, la incertidumbre sobre el resultado de las próximas elecciones griegas que se celebrarán el 17 de junio. La posibilidad de que, finalmente, triunfase Syriza, la coalición de izquierdas, abriría la puerta a una renegociación de las condiciones del rescate. Syriza no quiere sacar a Grecia del euro.

Lo que quiere es que se rebaje sustancialmente el tipo de interés, cercano la 8%, que el país heleno debe pagar a cambio del préstamo europeo y un radical cambio de ritmos en los tiempos y en las exigencias de la ‘troika’. Además, si el tipo aplicado a los créditos del rescate griego se redujese por ejemplo hasta quedar en el 2%, aún seguiría siendo un 200% más alto que el que paga Alemania en los mercados para financiarse.

Si estas amenazas se concretasen, inevitablemente, España también conseguiría condiciones mejores. Por eso, Merkel y sus casi quebrados banqueros quieren que Madrid eche la firma rápido en los contratos del rescate bancario. Cada minuto cuenta. Quieren cobrar, hacer un negocio adicional con los nuevos préstamos y poder meter la mano en la caja de las pensiones españolas si les hace falta.

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