El público

Opinión

El público

Entre ellos se divierten, y entre ellos juegan a comparecencias, amagan comisiones, se vacilan con la austeridad y juegan a la pelota con la sostenibilidad de la deuda. Pero fuera de la pandilla, nada. Los ciudadanos molestan mucho cuándo hacen preguntas y cuándo les dicen a los políticos que expliquen la crisis por dentro, ¡hasta ahí podríamos llegar!, pero aquí huele a Grecia y alguien tiene que ser responsable del desaguisado que viene de guiso recalentado y maloliente.

Rajoy y Rubalcaba apuestan su esperanza a la Eurocopa que tendrá al personal metido en casa sin hacer preguntas. Rajoy y Rubalcaba no se dan cuenta de que el público que contempla y sufre está bastante harto del supremo vacile de una corrupción termita que afecta a todas las instituciones desde la Corona al CGPJ pasando por las cajas y por el IBI que no pagan los sindicatos, (ni la Iglesia). Y, para remate fecal las indemnizaciones millonarias que algunos se han llevado y otra que anoche estuvo a punto de trincar un directivo de Bankaja de cuyo nombre no quiero acordarme.

Mientras tanto en el Congreso esta mañana se han acusado con dimisiones con efecto retroactivo, hemos pasado del grado de “y tú mas”, al de “dimita usted de aquello que no ejerce para no dar yo explicaciones de lo que hago ahora”. Pasma este rigodón plasta entre Gobierno y oposición que no lleva a ninguna parte más que al mareo y al frasquito de sales. Parece mentira pero no se dan cuenta de que el público todo lo ve y se cosca: hace un año las calles estaban llenas de indignados y hoy lo están de indemnizados.

En el fondo les molesta que la gente siga las sesiones parlamentarias y que hagan preguntas porque aquí nadie está dispuesto a responder nada. Los viajes de Dívar, las cacerías de paquidermos, las indemnizaciones millonarias y cualquier otra cuestión que afecte al Concordato son tenidas por preguntas sediciosas. Sólo nos queda hablar de fútbol pero entre que se acabó la Liga y no empieza la Eurocopa aquí se está creando un caldo de mala leche que amenaza con saltar por encima de la tapa. No sé si lo hará de una manera ordenada o pondrá la cocina pingando, claro que tal y como están las cosas lo que menos nos preocupa es estropear la encimera.

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