En un baloncesto cada vez más físico, donde los jugadores machacan la canasta metiendo el brazo hasta el codo, hay un tipo que a sus 35 años sigue demostrando que para jugar a esto lo que hace falta son fundamentos.
Porque jugadores con una capacidad física privilegiada ha habido muchos. Algunos nos dejaban la boca abierta en los campeonatos de mates desde los tiempos en que Ramón Trecet locutaba los partidos de la NBA y mas allá, pero jugadores con la clase de Duncan que yo haya visto muy pocos.
Su movimiento de pies hace recordar al mejor Hakeem Olajuwon, su tiro a media distancia al mítico Patrick Ewing y su visión de juego a Arvydas Sabonis, tres de los pívots dominantes de la inolvidable época de los 80-90, que tantos jugadores ha colocado en el Hall of Fame de la NBA.
Pero sobretodo hay algo que hace mejor que todos los que he tenido la suerte de poder ver jugar al baloncesto, y es el tiro a tabla, algo olvidado en la era de romper el aro, y algo que le da un hecho diferencial con cualquier otro jugador de la historia.
Este año una vez más ha dado una lección de baloncesto, un clinic para que los más jóvenes aprendan a jugar al deporte de la canasta, y lo ha hecho enfrentándose al equipo más físico de la NBA, los Clippers de Blake Griffin, al que sus saltos no le han valido para taponar el tiro a tabla de “The Big Fundamental”.
Y no es por honor patrio decir que el jugador que más se asemeja actualmente a «Timmy», es Pau Gasol, que tantas críticas sigue recibiendo, incluso de Kobe Bryant, por no ser más agresivo en la pintura.
Tim Duncan seguramente sea uno de los últimos ‘6 pies’ del que podamos disfrutar con la clase y el estilo de Olajuwon, Ewing, Jabbar o Sabonis ejemplos entre los que seguro que me olvido a algunos grandes nombres.
