Vino para perder puntos

Opinión

Vino para perder puntos

El cambio climático, que casi sin percatarnos estamos viviendo desde hace algunos años, está añadiéndole grados al vino. Los expertos y cosecheros están preocupados, como es lógico, y los responsables de Tráfico imagino que van a inquietarse en cuanto se enteren de lo que se viene encima. Los puntos cada vez peligrarán más después de beber unos chiquitos, por contados que sean.

Vinos que hasta hace poco no pasaban de los diez u once grados llegan ya a los doce y trece con el aumento del calor y amenazan con alcanzar, e incluso rebasar, los catorce o catorce y medio. Será más fácil emborracharse, desde luego, si los expertos no encuentran la forma de remediarlo, que de momento no parece que la hayan encontrado. Los estudios realizados hasta ahora demuestran que no todas las variedades de uva se ven tan afectadas por esta evolución alcohólica de sus mostos. La garnacha, a la que los enólogos consideran una uva camaleónica por su capacidad de adaptación, resiste mejor los efectos del aumento de temperatura ambiental que otras variedades.

El problema además no afecta sólo a la graduación alcohólica; también modificará el color de los caldos fermentados que se volverán más intensos y, lo peor, hasta influirá en sus sabores tradicionales y en sus niveles de acidez natural que se reducirán. Además algunos de los blancos más conocidos evolucionarán en su coloración y acabarán convirtiéndose en tintos o rosados. Todo un conjunto de cambios, lentos pero tan previsibles como preocupantes, aunque, eso también se anticipa, no serán similares en las distintas comarcas productoras de las denominaciones de origen.

España es uno de los países más afectados por el cambio climático, y más proclives a la desertización, y sus vinos, entre los mejores y más abundantes del mundo, serán de los que más sufran las consecuencias.

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