El morreo verbal

Opinión

El morreo verbal

La exhibición pública de riqueza de Florentino Pérez se vuelve algo más que impúdica cuando la economía nacional anda a trompicones. Aquí en Madrid los altos cargos de la Comunidad se bajan la peonada en un dos por ciento y, en cambio en el Bernabéu asistimos todas las tardes al espectáculo hortera de arrojar billetes de quinientos euros a través de cañones de aire comprimido.

Aguirre se ha bajado el sueldo el dos por ciento que es cantidad simbólica y que alude al famoso loro que bebía chocolate pero sobre todo llama al ejemplo, (se ha quedado sola porque el resto de administraciones en las que gobierna el PP se han hecho los egipcios, se han puesto de perfil y mirando para otra parte). Ayer la presidenta de la Comunidad inauguró en Majadahonda una biblioteca dedicada a Francisco Umbral quién hubiera dicho de los cariños que se cruzan ella y el Ministro de Fomento que “estos dos andan de morreo verbal”.

Para Zapatero las cosas deben ser razonadas y razonables, es una frase que vale para inaugurar la sede de Cercanías de Sol o para iniciar una negociación con Otegi cuando era hombre de paz y no objeto de inquina por el Tribunal Superior de Estrasburgo. Zapatero tiene la costumbre de adjetivar lo sustantivo hasta vaciar de contenido a las palabras, igual que Florentino pone sal gruesa a sus presentaciones y en los programas nocturnos aparecen chicas despechugadas que piden llamadas urgentes.

Blanco, ajeno al maná de Florentino, le dice a Esperanza Aguirre: “¡miénteme, dime que me amas!”. Zapatero diría que el cine lleva al alucine.

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