Una generación pérdida o la venganza de Raúl y Ramiro

Opinión

Una generación pérdida o la venganza de Raúl y Ramiro

¿Será cierto que entre los dirigentes más jóvenes del Partido Comunista de Cuba no hay nadie preparado para tomar el relevo de la gerontocracia que ocupa el poder desde hace cuenta años? Esta es la opinión de Raúl Castro, el líder aparente y, quizá la de Ramiro Valdés, el posible líder en la sombra. Y, casi cinco años después de la salida de Fidel del poder el extremo puede ser medianamente cierto. Gracias, sobre todo al empeño que Raúl y Ramiro han puesto en convertir en realidad lo que más bien, no hace tanto, era sólo su propio deseo de controlar la transición inevitable en Cuba.

La generación que iba a sucederles ha sido eliminada de un modo tan persistente como sibilino. En toda su dimensión. El último que quedaba, el ministro de Cultura, Abel Prieto, sigue, por ahora en el Gobierno, pero ya no forma parte del Buró Político. ¿Será acusado de traición próximamente? Hay algún mal pensado que cree que sí. Que Raúl y Ramiro no toleran la independencia demostrada, el aperturismo de los blogs, el macroconcierto por la paz en La Habana y otro millón de agravios sin cuento. ¿Podrán con Prieto? Ya lo han intentado y no lo han conseguido.

Pero quizá las cosas cambien ahora. Prieto conserva el favor de las principales figuras de la cultura cubana desde Silvio Rodríguez a Chucho Valdés. O a católicos como Amaury Pérez y hasta se lleva bien con exiliados del estilo de Paquito de Rivera. Podría ser suficiente si se mantiene callado para seguir en su puesto y no correr la misma suerte que otros compañeros de generación defenestrados.

Los hubo talibanes, o representantes del continuismo más feroz, como Otto Rivero o Felipe Pérez Roque, hombre que gozaron del favor de Fidel en los últimos compases de su etapa en el poder. También aperturistas como Carlos Lage o Roberto Robaina, en quienes los cubanos de a pie llegaron a vislumbrar un futuro mejor. Ya no queda nadie gracias a la sorda y eficiente labor de Raúl y Ramiro. O ¿será más bien de Ramiro y Raúl?

Más información