La posibilidad de una quita en la deuda irlandesa gana adeptos

Opinión

La posibilidad de una quita en la deuda irlandesa gana adeptos

Decía no hace mucho un viejo conocido de estas páginas que la transustanciación de recetas de austeridad, por un lado, y planes de ayuda a los países en crisis, por el otro, no tiene como objetivo salvar a las sociedades, sólo impedir el hundimiento de los bancos alemanes, británicos y franceses. El chascarrillo resulta ahora una evidencia palmaria en los casos de Grecia e Irlanda, en los que, además, el remedio parece peor que la enfermedad, puesto que a pesar de las ayudas draconianas que se les han suministrado, los mercados continúan con su castigo de la bonos soberanos de estos estados.

Quizá porque se mantiene la convicción y el temor, tal vez razonable, de que va a ser inevitable que en los dos casos se produzca una quita, al menos parcial, que reduzca el volumen de la deuda al que hay que hacer frente. Quizá esa inevitabilidad sea el motivo por el que las reuniones de la cúpula europea que abordan el asunto tengan unos resultados tan desesperanzadores y tan por detrás de lo que la sociedad espera.

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