La roja destiñe

Opinión

La roja destiñe

A septiembre le vamos a coger manía porque empieza jorobándonos las vacaciones y termina con una “gran putada” como dice Fernández Toxo. Este mes nos ha devuelto a nuestra realidad, ni tan campeones del mundo en fútbol, ni tan generación esplendorosa en baloncesto. En menos de veinticuatro horas argentinos y serbios nos han puesto en nuestro sitio. ¿Qué necesidad tenía la selección española de fútbol de complicarse el sueño del campeón con una pachanga en Buenos Aires? Nos ha vuelto a poder ese optimismo exagerado que nos veía como la nueva Armada Invencible tanto por abajo, (en fútbol), como por arriba, (en baloncesto dónde ya nos veíamos en la final contra Estados Unidos sin haber jugado un colín en todo el campeonato). Y, en ambos casos no es que hayamos perdido si no que nos han derrotado con todas las de la ley, así que vuelta a empezar con el contador a cero y con los complejos que nos han acompañado siempre. No ha hecho más que empezar septiembre y ya nos hemos cargado a un tipo tan simpático como Pepe Reina, aquí un mito nos dura lo que una falla en la noche de San José. Somos muy poco considerados con nuestros héroes, les damos una pronta fecha de caducidad. La roja destiñe, no porque la elástica sea de mala calidad si no porque la hemos lavado cuando no hacía falta. Y, encima, todo lo que queda por delante en septiembre es más antipático que un chiste de Maradona.

Más información