A algunos avezados cubanólogos, las declaraciones efectuadas en La Habana por Leire Pajín y Elena Valenciano, las dos dirigentes socialistas españolas que han viajado a Cuba, se les antojan excesivamente optimistas, toda vez que ambas, parecen convencidas de que Raúl Castro, el actual presidente del país, lidera un proceso de cambio y reformas económicas que muchos expertos en los aconteceres de la Isla no ven por ningún lado, sin por éso no tomar nota de algunas medidas liberalizadoras que se han adoptado.
Pero, de momento, creen que se vuela bajo y recuerdan que en otras ocasiones en las que el ahogo financiero era muy notable ya se dieron pasos al frente que fueron revertidos rápidamente después cuando la situació mejoró. Esas críticas, más o menos duras, a la falta de cautela de Pajín y Valenciano son compatibles, sin embargo, con un apoyo matizado a su decisión de no reunirse con figuras de la oposición interna, a pesar de las presiones al respecto del PP.
Desde estos ámbitos se recuerda que, no hace mucho, un alto jerarca de la Iglesia Católica internacional viajó a la Isla y, con la excusa de no entorpecer las negociaciones en curso, entre la el cardenal de La Habana y Raúl, también eludió entrevistarse con los opositores. Hasta el punto de que ni siquiera recibió al líder democristiano Osvaldo Payá, que siempre ha contado con el apoyo de Roma y que no se tomó muy bien este rechazo.
