Desconfianza

Opinión

Desconfianza

Algunos inversores internacionales con una larga experiencia en la Isla han minimizado el posible impacto de las dos últimas medidas de liberalización económica aprobadas por el Gobierno cubano y que se conocieron el jueves y el viernes de la pasada semana. Las normas recién aprobadas amplían hasta 99 años el usufructo del suelo para los no residentes y permiten a los naturales del país cultivar y vender libremente productos agrícolas. Para los cubanólogos más escépticos a quienes nos referíamos antes, con independencia de que se trate de buenas noticias, la realidad es que el sistema castrista ha impulsado ya en otras ocasiones reformas desesperadas en momentos difíciles, que luego sólo se mantuvieron hasta que remitieron las distintas crisis que provocaron el giro. En la década de los noventa del pasado siglo, con otro demócrata en la Casa Blanca, entonces Bill Clinton, ahora Obama, ya se habló del levantamiento total de la prohibición de los viajes a la mayor de las Antillas que todavía pesa sobre los ciudadanos estadounidenses y también se propició un cierto despegue del sector turístico gracias a la inversión hotelera de algunos grupos extranjeros. Incluso hubo un intento de posibilitar determinados negocios inmobiliarios, con notable participación de capitales españoles. La reactivación del tejido productivo que supuso la llegada de dinero fresco permitió al Gobierno de Fidel organizar un cierre ordenado de las vías abiertas en el peor momento económico del país.

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