Fidel, vuelve a ‘La Mesa Redonda’

Opinión

Fidel, vuelve a ‘La Mesa Redonda’

Antes de que la enfermedad le obligara a ceder el poder a su hermano Raúl, primero de forma temporal y luego definitivamente, Fidel Castro ya había ideado las mesas redondas televisivas, un suplicio ideológico con el que el régimen ha machacado a los sufridos televidentes cubanos durante los últimos años. Incluso, fue en una de ellas, cuando se leyó la famosa nota en la que el comandante dio cuenta de su retiro. Por eso, no resulta extraño que, ahora que ha vuelto travestido de analista político internacional, guste de aparecer en este espacio. Su última actuación, por ahora, tuvo lugar el domingo 22 de agosto y, como todos los actos y eventos en los que toma parte desde su regreso a las bambalinas, ha sido promocionada y relatada, dentro y fuera de la Isla, por los tradicionales sistemas oficiales y paraoficiales de promoción. En estas versiones, algunas de las cuales se han hecho llegar a los periodistas internacionales por la vía de las oficinas de prensa de las embajadas cubanas, se describe el escenario del evento como un lugar habitual del líder, en el que está su secreter de madera y detrás de él un cuadro de José Martí que ha aparecido en todas las fotos que se han tomado del comandante en las últimas semanas. El viejo revolucionario quiso rodearse de periodistas leales para expandir su mensaje habitual de ahora, ese que llama al mundo a evitar una guerra nuclear. Estaban los Randy Alonso, Arleen Rodríguez, Reinaldo Taladrid, Lázaro Barredo, Bárbara Betancourt, Nidia Díaz, Marina Menéndez, Oliver Zamora y Aixa Hevia, casi como, desde otra perspectiva, si Intereconomía reuniera a sus estrellas para entrevistar a Aznar. Pero Fidel animó a estos ‘plumillas’ seleccionados a que le hicieran «las preguntas más difíciles que me puedan hacer». Cuestiones que sirvieron para que el mayor de los Castro calificara de vergüenza, la posibilidad de que alguien le acuse de ejercer el catastrofismo y dejara claro que «es conveniente que la gente se avergüence de su ignorancia», porque si lo hacen aprenderán. El quiere contribuir a esto y por eso, ha invitado a Cuba a Daniel Estulin, autor de la trilogía sobre el Club Bilderberg, un grupo integrado por multimillonarios e influyentes políticos que se reúnen anualmente en secreto para decidir el destino del mundo. «Conversar con él nos ayudará a aumentar lo que llamo ‘la fuerza de persuasión’», ha dicho.

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