Las gestiones del cardenal

Opinión

Las gestiones del cardenal

El cardenal de La Habana, Jaime Ortega Alamino, fue el único miembro de la jerarquía católica cubana que no estuvo presente en la misa solemne oficiada por el Obispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, Dionisio García, en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre que fue retransmitida por la televisión cubana. El acto, con el que se dio inicio la conmemoración del 400 aniversario de la aparición de esta imagen en la Isla, que durará año y medio, era crucial para la confirmación de la Iglesia como la única fuerza que ha sobrevivido con una organización propia a la demolición controlada de la sociedad civil efectuada por el régimen de los hermanos Castro. Pero más cruciales aún eran las gestiones que Ortega tenía que realizar en Washington en aquel mismo momento. Al Cardenal se le atribuye el mérito de haber estado en el lugar correcto en el momento oportuno y haber conseguido la promesa, que se cumple paulatinamente, de la liberación de los 52 presos políticos que aún se mantenían entre rejas de los 75 que fueron encarcelados en la ‘primavera negra’ de 2003. Lo que no se ha sabido, hasta ahora, es hasta que punto Roma y Washington han actuado de forma coordinada durante este proceso y cómo fue que España, por medio del sin par canciller Moratinos, irrumpió en el tramo final del ‘diálogo entre cubanos’ como lugar de destino de los disidentes liberados. Para conocer la respuesta a estos interrogantes ha habido que esperar casi dos meses, hasta que el cardenal de La Habana, ha revelado todos los detalles en dos entrevistas realizadas durante su último viaje a EEUU, sobre cuyo interesante contenido, les hablaremos mañana.

Más información