Petrobras y Cuba

Opinión

Petrobras y Cuba

En octubre de 2008, en una ceremonia de gran solemnidad, el presidente de Brasil Lula da Silva, firmaba en La Habana junto a Raúl Castro unos acuerdos de carácter económico y altos vuelos que, en teoría, iban a suponer el principio de una firme colaboración. Se decía entonces, y se dice todavía, que Raúl estaba a la caza de socios comerciales alternativos a China y Venezuela, primero para diversificar mercados y no desarrollar una dependencia aún mayor de la que ya existe y, segundo porque el actual mandatario cubano, aparentemente no se fía de Hugo Chávez y tampoco está muy tranquilo con el control que Ramiro Valdés, desde los tiempos en que este último sólo era el responsable del Grupo de la Electrónica, tiene sobre las relaciones con las empresas que Beijing ha comisionado para que operen en la Isla. Raúl quería a Rusia y Brasil como alternativas y en ello está. Pero, como suele suceder en la Isla, casi dos años después de que se firmaran los acuerdos en cuestión, se ha avanzado más bien poco. De momento, la gran petrolera Petrobras que, en asociación con Cupet, la firma estatal cubana, iba a explorar el bloque 59 de las aguas cubanas del Golfo de México, ha solicitado una moratoria sobre el periodo de decisión final y no revelará sus intenciones hasta noviembre de este año. Inicialmente la exploración tendría que haberse iniciado en mayo. Otros acuerdos cubano-brasileños que no arrancan son los previstos en los sectores azucarero, tecnológico y biotecnológico.

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