El mismo organismo que se encargó de “acojonarnos” hace un año dice ahora que se acabó la alerta de la gripe A. Estos de los OMS se lo han pasado bomba provocando el pánico del personal que se echó al tamiflú como el que busca un paracaídas en una película de Indiana Jones. Y, cuánto más nos asustábamos, mejor se lo pasaban los tíos. ¡Qué gente!, ¡Qué sentido del humor más fino!
Es posible que los de la OMS hayan levantado la alerta ahora que Trinidad Jiménez se va a concentrar en las primarias en Madrid, de esa forma le evitan las incómodas preguntas sobre esas dosis que se compraron a mogollón y que ahora sobran, o están caducadas. En el fondo nos divierte porque esperamos que, algún día, la Bolsa de Wall Street diga que todo ha sido una falsa alarma y volvamos a los niveles de antes, me refiero a cuando la gente no iba con mascarilla por las calles porque todo lo que había sido “valor” se había convertido en “hedor”.
En la OMS deben tener de mandamás al famoso pastor del cuento que alertaba del lobo, todo un aguililla de la información que avisa cuando el peligro está lejos. No estaría mal recordar, ahora, aquellos mensajes apocalípticos que anunciaban el fin del mundo que por fortuna no llegó, pero sí fue suficiente para que las industrias farmacéuticas aumentaran sus beneficios. Con el miedo de todos algunos hicieron negocio, es decir lo habitual.
Aquello ya pasó, ya pueden volver a besarse con normalidad.
