Parados a la sombra

Opinión

Parados a la sombra

El sol es agradable cuando se puede tomar sin esfuerzo y en dosis adecuadas. Pero trabajar bajo sus rayos, la verdad es que resulta bastante molesto y sudoroso. Debe de ser lo que opinan muchos desempleados catalanes que prefieren seguir lamentando hallarse en el paro a recoger fruta en las frondosas huertas leridanas. Este año se anticipa una buena cosecha de melocotón, manzana y nectarina, y hacen falta entre diez y doce mil temporeros para recolectarla. El salario, casi seis euros la hora, no es para tirar cohetes ni para hacer luego un viaje de descanso a Bali, pero en los tiempos que corren da para ir tirando.

Lo que ocurre es que hay quien prefiere subsistir con el desempleo hasta que lleguen los tiempos mejores que Zapatero nos tiene pronosticados, y si entre tanto la fruta se pudre, pues que se pudra. La Generalitat quiso hacer las cosas bien y comunicó la oferta de trabajo temporal en la recogida a 7.800 parados inscritos en sus registros, pero a tan buena noticia sólo respondieron dispuestos 1.668, el 21,4 %, la mayor parte de ellos inmigrantes parados y con sus papeles en regla. Catalanes y españoles de otras regiones, pocos, muy pocos. Recoger fruta a pleno sol es muy duro y trampear con el subsidio del desempleo, también, aunque en la práctica requiere menos esfuerzos. Por lo tanto, los agricultores leridanos tendrán que olvidarse de que en España hay casi cinco millones de parados y recurrir, como ya están haciendo, a extranjeros, sobre todo rumanos – los más hábiles y expertos en la materia –, colombianos y magrebíes.

Algunos españoles que se han aprestado a intentarlo, manifestaron que en los tiempos que corren las ofertas no están para remilgos, hay que acogerse a lo que sea. Pero han sido pocos. Tan pocos que el ministro de Trabajo ya ha alertado que a los parados que no acepten un puesto de trabajo, habrá que acabar quitándoles el subsidio del desempleo. La duda es si se decidirá a hacerlo.

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