Las oportunidades (y el peligro) de la nueva legislatura

Tribuna Especial 25 Aniversario

Las oportunidades (y el peligro) de la nueva legislatura

Joan Baldoví, portavoz de Compromís en el Congreso

Lo hemos visto en los últimos plenos, y lo vimos en los pocos plenos que se hicieron en la corta legislatura pasada: había y hay una mayoría de cambio a la que no han dejado gobernar. Lo hemos visto en los últimos plenos, y lo vimos en los pocos plenos que se hicieron en la corta legislatura pasada: había y hay una mayoría de cambio a la que no han dejado gobernar.
 
En las Comisiones, a menudo el PP se queda sólo. En el Pleno pierde la votación sobre la LOMCE. No consiguen que el ex-ministro Fernández Díaz sea presidente de la Comisión de Exteriores. Son evidencias de que los tiempos han cambiado definitivamente. No cómo hubiéramos querido muchos, pero tampoco como hubieran querido “ellos”.
 
Ante nosotros se abre una nueva legislatura que, necesariamente, será muy diferente de los cuatro años plácidos en los que Rajoy disfrutó de una cómoda mayoría absoluta. Recuerdo una ponencia legislativa en la que el ponente del PP nos dijo a los representantes de las demás formaciones políticas: “No os vamos a aprobar ni una sola enmienda. Queréis que hablemos o nos vamos a comer”. Evidentemente, ante una demostración tan clara de lo que era aplicar el rodillo parlamentario, decidimos dar por acabada la sesión.
 
Cuento està anécdota porque ahora no seria posible, teniendo en cuenta la nueva aritmética parlamentaria. El PP tendrá que buscar apoyos para sacar adelante cada una de sus iniciativas, tendrá que cambiar de registro y darse cuenta que el Congreso va a recuperar el parlamentarismo. Consensuar, pactar, ceder, acordar serán verbos que el PP tendrá que aprender a conjugar.
 
Y las formaciones que nos presentamos a las elecciones con el objetivo de cambiar las leyes que perpetró el PP durante en la pasada legislatura, tenemos la ineludible obligación de tener altura de miras y ser capaces de mirar más por los intereses de los ciudadanos que por los nuestros. Nosotros también deberemos aprender a conjugar esos verbos con soltura, con generosidad, con inteligencia y con mucho sentido común.
 
La reforma laboral, la LOMCE, la ley mordaza, los copagos farmaceúticos, la reforma del sistema eléctrico son leyes que debemos derogar o cambiar profundamente. Junto a ellas, otras que hay que aprobar, como la dación en pago, la reforma de las pensiones o la lucha contra la pobreza energética, por poner unos ejemplos. Y aquí sí, cada partido tendrá que decidir de qué lado está y a qué intereses quiere servir.
 
Hablábamos al principio de oportunidades, pero existe tembién un peligro. En el mismo momento en que algunos votaban a favor o se abstenían para que Mariano Rajoy volviera a ser presidente, estaban dejando en su mano el botón rojo de la amenaza de disolución del Congreso. Un botón que, conociendo a Rajoy y a su partido, éstos utilizaran como amenaza permanente.
 
En todo caso, ésta será una legislatura en que las cosas están mucho más abiertas que hace cinco años, cuando Rajoy tenía en su mano 186 diputados que garantizaban que nunca perdería una votación.
 

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