Las asociaciones denuncian que se quiere convertir sus barrios en el vertedero y el almacén de los residuos de la capital. Los vecinos de Usera y Villaverde quieren dejar claro que no permitirán que se les trate como ciudadanos de segunda y que están hartos de que incineradoras, depuradoras y crematorios vayan siempre a los barrios del sur de Madrid por lo que se están movilizando en la calle y en los despachos para impedir que construya un nuevo crematorio en el Tanatorio de la M-40.
Para intentar parar el proyecto, el movimiento vecinal convocó una manifestación el pasado martes, la que asistieron unas 1.500 personas según los convocantes- una protesta en las que los lemas coreados fueron: “Nuestros barrios no son vertederos”, “El crematorio, a La Moraleja” o “Por nuestra salud, cuidemos del Sur” según informa la Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM).
Además, ayer los vecinos presentaron en el registro municipal 15.000 alegaciones, explicando la Federación que “se trata de alegaciones vecinales, además de las que hacen las Asociaciones y colectivos que apoyan esta protesta, por lo que la repulsa es mayor aún, dado que son alegaciones personalizadas que exponen razonadamente el rechazo a esta solicitud de licencia, y por ello van más allá de una firma de protesta”.
¿Qué dicen las alegaciones?
Los vecinos piden que el Ayuntamiento no conceda la licencia al citado crematorio en base a las siguientes alegaciones:
– Esta actividad está catalogada como potencialmente nociva e insalubre por la Comunidad de Madrid y por distintos organismos oficiales nacionales e internacionales.
– Contaminará el aire que respiramos de altas concentraciones de partículas tóxicas, tales como dioxinas, furanos…
– Esto se sumará a los diversos efectos y malos olores que ya sufrimos a causa de la localización en el entorno de las depuradoras de La China, La Gavia y Butarque, así como la incineradora y vertedero de Valdemingómez.
– Ya en 2002 la empresa solicitó licencia para la instalación de crematorio, y le fue denegada por el Ayuntamiento, por lo que no prosperó, además de que tuvo una fuerte oposición vecinal por la gran cercanía a sus viviendas, centros escolares, centros comerciales y de trabajo, parques y zonas de ocio vecinal, habiendo sea gravado todo ello en la actualidad pues son espacios que han crecido y se han construido aún más cerca del pretendido crematorio”.
Además, también se alega que “el artículo 52.3 de la Ordenanza General de Protección del Medio Ambiente Urbano (OGPMAU) del Ayuntamiento de Madrid establece que “los hornos destinados específicamente a la incineración de cadáveres de personas deberán instalarse siempre en cementerios o asociados a tanatorios, de tal modo que la distancia del foco o focos de emisión a viviendas o lugares de permanencia habitual de personas, como industrias, oficinas, centros educativos o asistenciales, centros comerciales, instalaciones de uso sanitario o deportivo, parques, etc., no sea nunca inferior a 250 metros”.
Y hacen notar que “en la Avenida de los Rosales 36 se encuentran a menos de 250 m. de la parcela las viviendas de las calles Rutilo y Oligisto, las viviendas de las calles del Consenso y la Unanimidad, la sede de la empresa LAZ S. A., un establecimiento comercial de Mercadona, el IES El Espinillo, dos campos de fútbol en la calle de la Unanimidad y tres parques: el del Manzanares y los ubicados al sur de la calle Oligisto y al sur de la M-40”.
Pero si las alegaciones que los vecinos han presentado a la Agencia de gestión de Licencias de Actividades son precisas y contundentes también lo son las asociaciones de vecinos del sur a la hora de expresar su malestar por considerar que se les trata como madrileños de segunda.
Víctor Renes, de la asociación vecinal Barriada de San Fermín, explicó claramente el motivo de sus movilizaciones: “Lo que estamos haciendo es luchar por la dignidad del Sur, porque el Sur no es ni el desguace, ni el vertedero, ni el almacén de los residuos y desechos de Madrid, como se ha venido haciendo hasta ahora”.
