Fiebre independentista

Cataluña

Fiebre independentista

Diego Carcedo, periodista

El independentismo no es patrimonio exclusivo de España, donde actualmente florece con mayor virulencia. El independentismo no es patrimonio exclusivo de España, donde actualmente florece con mayor virulencia, ni siquiera de Europa donde las pretensiones secesionistas de algunos territorios se cuentan por decenas. Algunos han declarado la independencia por las bravas, como pretende el catalán Oriol Junqueras, tales como Transnistria, Abjasia u Osetia del Sur y así les va mayormente a los ciudadanos de a pie, quizás no tanto a los que usufructúan los encantos del nacionalismo exacerbado ni de los oropeles de los nuevos cargos que las pseudoindependencia les ha proporcionado.

La lista es larga y flexible dentro incluso de la UE, empezando por el extremo occidental, por Portugal, donde lo sufrió unos años atrás en las Azores, hoy felizmente olvidado por el grueso de los habitantes. Continúa en el Reino Unido con Irlanda del Norte, Escocia y ya hasta el País de Gales; sigue en Francia, con Córcega, Bretaña y los coletazos incentivados desde España de vascos y catalanes. Y así sucesivamente, en Italia, donde decayó el +secesionismo siciliano, pero reverdeced ahora con la Padania y el Veneto.

Pero también existe en América, incluida América del Norte y no exclusivamente en Canadá donde una parte de los quebequeses, quieren convertirse en una “isla” independiente de habla francesa en medio de un océano gigantesco donde se habla inglés. Un pelín más al sur, en los propios Estados Unidos, una federación que tiene muy bien amarrada constitucionalmente su unidad territorial, hay igualmente partidos, bien es verdad que insignificantes, que quieren independizarse.

Existieron tradicionalmente en Texas, que ya tuvo su soberanía y lo exhibe en su bandera con la estrella solitaria que tantas vidas costó, y existen nacionalismos independentistas en estados donde la pretensión secesionista resulta más inviable y hasta más pintoresca. Estados como Alaska o Hawai tiene grupos más activos aunque el más sorprendente es el que existe en el pequeño y escasamente relevante Vermont, en el norte del Este. Puerto Rico es un caso aparte porque es un Estado asociado y a pesar de eso cada vez que intentó convertirse en república independiente, fracasó en el empeño.

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