Joaquín Chacón y Mariano Díaz resucitan el espíritu del jazz-rock

El Interludio

Joaquín Chacón y Mariano Díaz resucitan el espíritu del jazz-rock

Joaquín Chacón y Mariano Díaz

El duo presentará su disco ‘Skytrain’ durante una semana sobre el escenario del Café Central de Madrid. -«Dime, un deseo para el futuro…»
-«Vale. Pues que sea uno muy ‘sencillito’. Me gustaría que este proyecto fructifique y que nos permita convertirnos en un grupo. Como los que había en los setenta. Como los Deep Purple. Eran una banda. Y hacían sus discos y sus conciertos…»
-«¿Y os llamaríais Skytrain?»
-«Sí. Exactamente. Eso es…»

Quién habla así es Joaquín Chacón, guitarrista y 50% de un dúo de ‘jazzistas’ impenitentes a quienes hemos venido a entrevistar hoy a su local de ensayo, en pleno centro de Madrid. Antes, había contestado a la misma pregunta su compañero, el pianista Mariano Díaz. La otra mitad de la banda.

El teclista pidió primero ‘paz en el mundo’ y luego fue directo al grano y aseguró que le encantaría que el público llenara el Café Central durante la semana que comprendida entre el 21 y 27 de abril. Allí, estarán ambos cada día de nueve a once de la noche. Los dos prometen que habrá muchas sorpresas y están convencidos de que los aficionados que acudan a la cita se lo van a «pasar de maravilla».

-«Estaremos encantados de tocar para vosotros…», apostilla Mariano, mirando a la cámara de video con la que se grababa la entrevista. Cómo si se dirigiera a una hipotética audiencia oculta tras la lente.

Durante esa semana de conciertos, Chacón y Díaz presentarán los temas de ‘Skytrain’, el disco que han grabado recientemente y sobre el que quieren edificar esa futura banda de la que hablaba el guitarrista. Ambos son dos músicos bien curtidos que demuestran una ilusión casi de principiantes a la hora de hablar de este nuevo proyecto. Pero, ¿no resulta casi una osadía grabar un disco en estos tiempos de piratería y descargas gratuitas por Internet?

-«Hacer discos nos encanta. Y es la manera de llevar a cabo nuestros trabajos y de mostrarlos al público», asegura Mariano, con contundencia.

Sin embargo, también reconocen que esta no es una tarea fácil. Para cerrar la edición de este álbum que ahora presentan, el duo mantuvo contactos con varias compañías y barajó distintas ofertas antes de decidirse. La dureza del actual ambiente complica siempre este tipo de negociaciones y no resulta nada fácil cerrar los tratos con unas discográficas a la defensiva, que ni invierten, ni apuestan por nada. Ya casi ni distribuyen. Sobre todo cuando, como en este caso, la grabación y la planificación del proyecto se han hecho cuidadosamente, en busca de un producto de muy alta calidad.

Finalmente, el álbum ha sido publicado por la firma que les ofreció las condiciones más ventajosas: Errabal Jazz, un sello de Euskadi, con el que ya habían trabajado en el pasado. Y la elección puede comprenderse fácilmente. En aquella zona norteña hay una gran afición por el jazz, favorecida por los dos grandes festivales internacionales que se celebran en Vitoria y San Sebastián. Existe un público estable y entendido que consume habitualmente estos sonidos, los valora y los sabe disfrutar.

Además, Chacón y Díaz conocen muy bien aquellas tierras, porque ejercen allí la docencia. Una tarea a la que se dedican con agrado, y que comparten con otros muchos músicos de jazz instalados en el territorio español. Casi todos presentan un perfil que se ha convertido en típico y son maestros a la vez que intérpretes y compositores. Tienen que dar clases para completar sus ingresos mensuales, porque, de momento, vivir sólo de los discos y las actuaciones es muy complicado. Casi imposible, podría decirse sin exagerar demasiado.

Profesionales

Pero, a la vez, esta labor educativa, realizada por muchos buenos profesionales a lo largo del tiempo, ha contribuido a extender la afición por esta música y a elevar la capacidad técnica de las nuevas generaciones de instrumentistas. Cada vez mejor formadas y con más proyección internacional. Y eso, al fin y al cabo, es una buena noticia para el futuro de un estilo que va recuperando el terreno perdido. De hecho, Joaquín y Mariano, gracias a su faceta docente, también se sienten un poco responsables de esa mejora general del ambiente que se ha ido produciendo en los círculos donde se aprecia el buen jazz. Como mínimo han puesto su ‘granito de arena’.

-«En los últimos años los estudios de jazz se han reglado y se han incluido en los ciclos superiores y ahora se imparten en muchos conservatorios que cuentan con profesores de primera», afirma Joaquín.

Pero volvamos a ‘Skytrain’, el disco del que hemos venido a hablar. Una interesantísima colección de temas que, según admiten sus protagonistas, evoca, de algún modo, el sonido y las atmósferas del gran jazz-rock de los setenta. La fusión que puso en pie el siempre inquieto Miles Davis en la época de ‘In a Silent Way’ y que ‘rentabilizaron’ y llevaron al éxito masivo grupos como la Mahavishnu Orchestra, los Return to Forever de Chick Corea o Weather Report.

Entonces, el jazz-rock vivió una etapa de gran fervor popular para desvanecerse luego, hasta casi desaparecer. Aunque eso sólo sucedió aparentemente. Porque la buena música nunca se extingue por completo. Y justo ahora, estos sonidos eléctricos y llenos de energía parecen haber vuelto a captar el interés de los aficionados más jóvenes y protagonizan un cierto regreso, casi un ‘revival’. Con lo que vuelve a cumplirse la ley, nunca escrita pero siempre vigente, de que los gustos del público evolucionan en círculos.

Y ahí esta ‘Skytrain’ para saciar esa incipiente sed de fusión. Mariano y Joaquín comparten su afición por este estilo que dicen haber escuchado desde que eran jóvenes e intentaban aprender el vasto lenguaje del jazz. Así que, a pesar de que el disco abarque un abanico estilístico más amplio y de que esté tocado con piano acústico, sin los teclados eléctricos y los sintetizadores habituales en el jazz-rock, admiten que es fácil que esas influencias que ambos tienen, se hayan filtrado en la música que hacen. Y les parece perfecto.

-«Yo empecé a tocar la guitarra porque me gustaban la Mahavishnu y Al Dimeola y me apasionaba todo aquel movimiento», rememora Joaquín.

Una historia bastante parecida a la de Mariano, por cierto. De modo que cuando ambos descubrieron que existía una oportunidad de que el gran saxofonista estadounidense Dave Liebman participara en el álbum que tenían planeado hacer, todas las piezas del rompecabezas encajaron de repente.

Liebman formaba parte de la banda de Miles Davis en la época más eléctrica del genio, e inevitablemente, su sonido y su forma de tocar retrotraen a aquellos tiempos gloriosos. Ayudan a que la grabación haya plasmado ese espíritu de máxima libertad y plena experimentación que llevó al jazz hasta territorios inexplorados y cambió el rumbo de la música moderna.

Dave Liebman

Pero, ¿cómo surgió la posibilidad de tocar con Liebman? El contacto llegó gracias a otro elemento imprescindible en el disco y la realización final del proyecto, el batería Guillermo McGill que ha trabajado en más de una ocasión con él. El saxofonista aceptó la propuesta de Díaz y Chacón que, una vez cerrado el trato, le enviaron los temas por correo.

Luego todo se desarrolló muy rápido. El estadounidense hizo escala en Madrid en uno de sus viajes a Europa, estuvo comiendo con el resto de los músicos que iban a participar en la sesión, un quinteto que completaba el contrabajista navarro Javier Colina, y, después por la noche, fueron a grabar. Liebman había tenido tiempo de prepararse las canciones originales de Chacón y Díaz que componen el disco, porque estos se las habían enviado por correo. Con lo que sólo hubo que ‘pasarlas’ un poco, hacer un par de tomas de cada una y elegir la mejor. Con todos los músicos tocando en directo. Como siempre se ha grabado el mejor jazz.

Para Joaquín y Mariano, aquella fue una experiencia fantástica. Explican que Liebman estuvo implicado al 100% y colaboró al máximo. Lo mismo que Colina y McGill. Todos pusieron toda su ilusión en el intento y derrocharon una energía que el oyente puede percibir a la perfección cuando la música suena por los altavoces de cualquier equipo de sonido. La sesión dió mucho de sí y permitió que se grabarán cinco de los diez temas que contiene ‘Skytrain’. Incluido el que da título al álbum.

Los otros cinco también fueron grabados en formato de quinteto y con una alineación de lujo. En este caso, además de Chacón y Díaz repitió Gillermo Mc Gill a la batería y contaron con Perico Sambeat en el saxo y Mario Rossi en el contrabajo. Unas colaboraciones conseguidas también gracias a la amistad y a los muchos proyectos que han hecho juntos. La dinámica y el método de trabajo fueron los mismos que en la sesión con Liebman, lo que dota al álbum de una homogeneidad estilística notable, pero, a la vez, de una diversidad y variedad muy de agradecer.

Directo

Y, entonces, después de haber grabado con unos músicos tan excepcionales ¿cómo van a enfrentarse al reto de presentar este disco en directo? No habrá problemas. Mariano y Joaquín han conseguido reunir otro quinteto de lujo. Con esta formación se subirán al escenario del Café Central y también realizarán algunas otras actuaciones en el mes de mayo, donde podremos verles, por ejemplo, en el escenario de otro club madrileño imprescindible: el Bogi Jazz.

De momento, volverán a contar con Guillermo Mc Gill en los tambores. Además, tendrán a Victor Merlo en el contrabajo, un músico veterano y de solvencia más que demostrada. El quinteto se completará con Dani Juárez en los saxos. El benjamín del grupo. Un instrumentista extraordinario de poco más de veinte años que representa el empuje y la frescura de la nueva hornada. De esos músicos, a los que hacíamos referencia antes, que empiezan a llegar al circuito profesional, tras haberse formado más que adecuadamente y van a asegurar unos cuántos años más de buena salud al jazz español.

-«Dani es un instrumentista increíble que puede tumbar a cualquiera. Es un chaval de Talavera que empezó a dar clases desde muy pequeño. Y se le daba bien», explica Joaquín.

Tanto que ahora es una de las grandes promesas de la escena. Un músico del futuro que ya deja su sello en el presente. Cómo otros tantos jóvenes que montan grupos, hacen discos y actúan. Lo mismo que pasa con los veteranos como Joaquín Chacón y Mariano Díaz. Quizá porque, a pesar de la dureza de los tiempos, los artistas españoles de todas las disciplinas tienen una gran pasión por lo que hacen, que les lleva a seguir adelante. Tal vez no sea posible hacer las cosas con la misma alegría que se hicieron antes. Puede que todo cueste más esfuerzo. Pero la vida sigue.

-«Yo creo que mientras más te fastidian, más ganas tienes de seguir adelante. Aunque sólo sea para no perder la capacidad de expresarte», afirma el guitarrista.

Sin embargo y aunque el entusiasmo sea un poderoso combustible y la fe mueva montañas, las estrecheces del presente están ahí. Y es necesario contar con ellas. Para estos dos músicos, más que experimentados en la batalla de la supervivencia, resulta evidente que existe una cierta voluntad de estrangulamiento de la cultura.

Y las pruebas son claramente perceptibles. El IVA cultural, claro. Y también esa idea de sacar de las aulas la enseñanza de la música, por ejemplo. Una manera de actuar que no parece conducir a nada positivo y que tendrá como resultado asfixiar la creación.

Sin contar con esa ‘mala fama’ que rodea al jazz en muchos ambientes, donde se considera a esta música, un estilo elitista, minoritario y que sólo pueden disfrutar los aficionados muy, muy, muy entendidos. Algo con lo que Mariano y Joaquín no están de acuerdo. Al contrario. En su opinión, basta con escuchar para disfrutar. Y vuelven a prometer que están dispuestos a demostrarlo en sus próximas actuaciones. Ellos no tocan sólo para un pequeño grupo de entendidos.

-«Cualquiera que venga a nuestros conciertos lo pasará bien. Se va a encontrar participando de algo en lo que recibirá y aportará simultáneamente. De eso se trata. Eso es lo que queremos hacer con este proyecto», asegura Joaquín.

Y dan ganas de creerle y acercarse a una de sus actuaciones para comprobarlo. Para escuchar, aderezado con la energía y la magia del directo, ese sonido vital, impulsivo y rico en matices que Joaquín Chacón y Mariano Díaz han conseguido plasmar en ‘Skytrain’. Un muy buen disco de jazz que puede resultar de gran ayuda para esquivar la desesperanza y el desánimo en estos tiempos difíciles. Pruébenlo. No se arrepentirán. Se lo aseguro.

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