Un roto a la marca España

MARCA ESPAÑA

Un roto a la marca España

«Sería bueno para el bien colectivo que Sacyr, que en los últimos tiempos tanto ha dado qué hablar con las revelaciones de Bárcenas, sea vigilada de cerca» Parece que lo de Sacyr y Panamá ha entrado en vías de arreglo tras el rifirrafe y el viaje eficaz de la ministra Ana Pastor. Mejor así, aunque escribo parece porque estas cosas, visto lo visto, nunca se sabe si se confirmarán o dentro de unos días volveremos a marear la perdiz con alguna marcha atrás en el asunto. Sorprende para empezar la rapidez con que un conflicto tan grave se ha medio resuelto y lo primero que a uno le viene a la cabeza es una pregunta elemental: ¿Por qué el problema no se abordó antes de hacer estallar el escándalo?

Porque si a la postre la cosa era tan fácil de resolver como se está dejando entrever, podrían habernos evitado un conflicto con tanto despliegue de titulares que traspasa con creces el ámbito de unas relaciones entre una empresa constructora y su cliente. No sé todavía, aunque algo sospecho, que los españoles tendremos que poner algo de nuestros impuestos para que todo se quede en casi nada, pero si es así qué le vamos a hacer, ya estamos acostumbrados. Aquí casi siempre los paganos somos los mismos.

Pero incluso en el caso hipotético de que no seamos los peatones los que saldremos perdiendo, lo que sí parece claro es que ha perdido España en su imagen que para el caso es lo mismo. El Gobierno de Mariano Rajoy está empeñado en mejorarla a través de la potenciación de la Marca España, que Carlos Espinosa de los Monteros va defendiendo por todo el mundo sin medios suficientes y la realidad es que el escándalo o lo que sea, quizás mejor conflicto, de Panamá a la Marca España le ha hecho un buen roto.

Hay muchas voces que acusan a Sacyr de haber competido en la licitación de las obras del canal con una oferta temeraria y esa duda que quedó sembrada entonces ahora se ha vuelto a reproducir y además contra la seriedad de las grandes empresas españolas que están peleando en el extranjero por grandes contratos que son los que en buena medida están sacando a nuestra economía del bache en que se encuentra.

Lo primero es lo primero y está bien que el Gobierno se haya volcado con sus resortes a resolver el problema. Pero una vez reencarrilado de nuevo sería muy bueno para el bien colectivo que Sacyr, que en los últimos tiempos tanto ha dado qué hablar con las revelaciones de Bárcenas sobre donaciones al PP sea vigilada de cerca para que si cometió alguna irregularidad no se vaya de rositas con el mal ejemplo que tanto daño nos hace.

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