Banco Popular se prepara para extender su racha alcista. A pesar de la explosiva remontada de las últimas semanas, los analistas aún ven potencial a corto plazo en la gráfica de la entidad. Las últimas ventas del antiguo accionista portugués Américo Ferreira de Amorim son la clave, pues con él se han retirado buena parte de las apuestas bajista que pesaban sobre su accionariado.
La amenaza desinversora de Amorim había llevado a muchos inversores a apostar en contra de la gráfica del Popular. Sin embargo, su salida definitiva del capital del banco, donde ya sólo conserva unas testimoniales 453 acciones, ha agotado los argumentos de muchos de los que hasta ahora se mantenían ‘cortos’ en la entidad. Tanto que, según el último recuento de bajistas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), hacía siete meses que los accionistas del banco no eran tan optimistas como ahora con su cotización.
Hay que remontarse hasta finales de febrero del año en curso para encontrar un porcentaje de bajistas tan limitado como el que ahora se aferra a la gráfica del Popular. Sólo un 0,8% de su capital se encuentra en manos de los inversores de perfil más especulativo del parqué madrileño y, lo que es más relevante para algunos analistas, ningún inversor individual sobrepasa el 0,5% en solitario. Una circunstancia que apunta hacia pequeñas posiciones no tan dañinas como los abultados paquetes que varios ‘hedge funds’ han llegado a acumular en el presidido por Ángel Ron y que, con frecuencia, funcionan como ejemplo para que otros inversores repliquen su comportamiento.
Con las ventas de Amorim, que muchos vaticinaban acompañadas de descalabros de precio que no se han producido, y la progresiva y sostenida escalada de precios del Popular, los cortos se han reducido en nada menos que un 47% en las dos últimas semanas. Un tiempo en el que las acciones de la entidad se han apuntado alzas del 6,5% y han alcanzado precios no vistos desde hace un año.
Ni rastro queda ya de un accionista que en su día llegó a controlar hasta un 8% del banco que preside Ángel Ron. Hasta el puesto que hasta ahora ocupaba en el consejo de administración de la entidad espera ya un nuevo titular. Una desinversión que el portugués ha acometido en su mayoría después de que el Popular efectuase su ‘contrasplit’ a mediados del pasado junio. Un movimiento por el que, además de reducir volatilidad, ha conseguido ganarse el respaldo del mercado, que desde entonces ha aupado sus acciones un 56% arriba.
En lo que va de año es, además, el mejor de sus comparables en Bolsa española. Mientras que sus acciones remontan un 41% a precios de cierre del jueves, las de Bankinter remontan un 27%, aquejadas de una volatilidad mucho más acusada. La peor parte se la lleva Banco Sabadell, que pese a su plan para reforzar solvencia acudiendo a dos de las mayores fortunas de Latinoamérica ha entrado en terreno negativo, un 2,3% abajo desde enero.
