Al rojo vivo. Así han cotizado los bancos españoles en las últimas dos sesiones. Presionados por las dudas que sobre el sector han vuelto a atraer las últimas cifras de morosidad y la especulación en torno a los próximos movimientos de las autoridades monetarias de EEUU, han perdido la friolera de 11.500 millones de euros desde que comenzó esta agitada semana de agosto.
Desde el toque de campana del lunes, Banco Popular ha sido el que con más crudeza ha probado la mordida de los bajistas. A las dudas y temores que pesan sobre el conjunto del sector, el de Ángel Ron ha visto cómo en los últimos días uno de sus consejeros y accionistas de referencia -Américo Ferreiro de Amorim- se desprendía de buena parte de su participación accionarial. En dos sesiones, el cotizado ha llegado a perder un 13% de su valor en Bolsa. Lo que es lo mismo: 942,43 millones de euros de capitalización bursátil.
En el parqué madrileño, los otros grandes perdedores de este comienzo de semana, que también ha arrastrado al rojo a buena parte de los grandes valores financieros de toda Europa, han sido precisamente los comparables del Popular. La llamada banca mediana ha perdido de media un 10% entre el lunes y el martes. El Sabadell se ha dejado 769,48 millones de euros de una sola tacada mientras que la nacionalizada Bankia, que en las últimas semanas se había apuntado una explosiva escapada alcista, ha visto caer su valor bursátil en 1.266,9 millones de euros, un 12,8% de su capitalización a cierre del pasado viernes.
Más allá de una mera corrección, algunos analistas comienzan a hablar ya del comienzo de un ciclo bajista más prolongado. Y es que, en algunos casos se han comprometido e incluso perdido algunos soportes clave para el análisis técnico. Tal ha sido el caso del Banco Santander, que ha visto como durante buena parte de la jornada del martes su gráfica se quedaba por debajo de la cota de referencia de los 5,50 euros por acción. En el caso de la entidad que preside Emilio Botín, la pérdida de capitalización alcanza los 4.104 millones de euros, la más abultada de todo el sector.
Su gran rival, el BBVA, ha sufrido las renovadas tensiones del mercado -con especulaciones en torno a la necesidad de un tercer rescate para Grecia incluidas- con una caída que en los peores cruces ha llegado a ser del 5,61%. En dos sesiones, el banco de Francisco González ha visto adelgazar su capitalización en 2.461,46 millones de euros. Una cifra que es comparable al valor bursátil de compañías como Catalana Occidente o Ebro Foods.
Bankinter y CaixaBank tampoco se han librado de este severo paso por caja de los inversores. Sus gráficas abrirán sesión el miércoles un 10% por debajo de las cotas a las que cerraron el pasado viernes. Los accionistas del banco que preside por Pedro Guerrero, uno de los más pujantes en Bolsa en lo que va de año, ha perdido 333,33 millones de euros. Mientras tanto, el de Isidro Fainé vale ahora 1.610,36 millones de euros menos que el día 16 de agosto.
La posibilidad de que además el Gobierno obligue a las entidades a dotar provisiones por la refinanciación de créditos no da lugar un panorama mucho más despejado que el que el mismo lunes dejaba la tasa récord de morosidad al crédito desde que el Banco de España calcula esta cifra. Por el momento, y a la espera de que las actas de la Reserva Federal estadounidense puedan aportar nuevos motivos de desconfianza en la ansiada recuperación económica, los bancos españoles han perdido ya en Bolsa un importe superior a lo que valen compañías como Abertis y Amadeus: 11.488,05 millones de euros.
