La apuesta de dos de las grandes fortunas inversoras de España por Ence no podía haber sido más oportuna. Así lo comentan varios analistas. José Ignacio Comenge y Víctor Urrutia Vallejo incrementaron posiciones en la cotizada sólo unos días antes de que publicase unos amables resultados que ya podrían haberles reportado ganancias cercanas al millón de euros en una semana.
El segundo de ellos, fue el más temprano en lanzarse a la compra de Ence. Urrutia Vallejo, consejero de Iberdrola hasta el pasado mes de abril, se hizo con poco menos de 7,5 millones de títulos de la papelera cotizada el pasado 19 de julio. Sólo tres días después, Comenge le seguía los pasos al hacerse con 100.000 títulos más de los que había comprado el anterior. De los 2,33 euros que habrían pagado por cada acción en su enérgica apuesta a precios de mercado, la gráfica de la compañía marca ya los 2,40 euros.
El segundo de los inversores que han recalado en el accionariado de Ence, un antiguo alto cargo de la embotelladora Casbega, ha llevado a cabo su inversión a través de una sociedad filial de Mendibea 2002, la instrumental a través de la que suele llevar a cabo sus movimientos en Bolsa española. Su colega y ‘mentor’ en lo que a la papelera se refiere ha hecho lo propio a través de la firma Asúa Inversiones. Con estas oportunas compras, revalorizadas ya en un 3%, Comenge controla un 3,129% de la compañía y Urrutia Vallejo alcanza el 3,022%.
Una posición dominante, pues ambos figuran ya como accionistas relevantes de la cotizada al haber sobrepasado el umbral del 3% que marca la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que consiguieron sólo diez y siete días -fin de semana de por medio- antes de que la líder europea en fabricación de celulosa de eucalipto anunciase unas cuentas a cierre de junio que se han ganado el halago de analistas e inversores.
Ence ha conseguido prácticamente duplicar beneficio a lo largo del primer semestre del año, al punto de conseguir 30,3 millones de euros. Una sonora mejoría impulsada, según la propia compañía, por el buen comportamiento del mercado internacional de celulosa y la contribución de la nueva planta de generación energética por biomasa en Huelva, una actividad complementaria en la que la cotizada es líder en España.
Además, los ingresos de la compañía repuntaron un 12% mientras que la deuda financiera neta se redujo un 47% en términos en términos interanuales. Mientras que la facturación del grupo superó los 439 millones de euros, el pasivo se redujo hasta los 88 millones de euros. El resultado bruto de explotación o Ebitda también contribuyó al aplauso del mercado, al haber remontado un 43% respecto a junio del ejercicio 2012.
En lo que va de año, Ence ya ha sumado un 13% a su gráfica de cotización, pero el consenso de expertos de Bloomberg estima que sus acciones aún pueden sumar un 14% adicional a medio plazo. Un 73% de los analistas que siguen de cerca la evolución de su gráfica y su negocio aconsejan la toma de posiciones por la que hace sólo unos días optaban dos de los inversores más reconocidos del país, frente a sólo un 1% que recomienda vender.
Su principal amenaza a corto plazo es la presencia en su accionariado de otro inversor de referencia menos amable: Liberbank. La entidad mantiene en cartera, según los registros de la CNMV, un 6,26% de la papelera al que podría colgar el cartel de ‘se vende’ en cualquier momento para obtener liquidez, comentan varios analistas. La participación es herencia de la maltrecha Caja de Castilla-La Mancha (1,25%) y Caja Cantabria (5,003%).
