El conflicto en RNE estaba a punto de estallar. Tanto que Leopoldo López-Echenique ha decidido ‘cortarle la cabeza’ a Manuel Ventero y apartarlo de la dirección de la emisora. La gota que colmó el vaso fue el documento firmado por casi la mitad de la plantilla en contra del director y la posterior ‘caza de brujas’ que éste emprendió según denunciaron los firmantes.
Según informa en una nota RTVE, el Consejo de Administración de la corporación “ha aprobado la propuesta de su presidente, Leopoldo González-Echenique, de nombrar a Alfonso Nasarre nuevo director de Radio Nacional de España y a Manuel Ventero nuevo director de Comunicación y Relaciones Institucionales”. Ambos intercambian cargos.
La corporación asegura que el objetivo de Ventero será “proyectar y potenciar la imagen de la Corporación en su relación con el resto de medios de comunicación, instituciones públicas y privadas y dinamizar la comunicación interna de la Compañía, la Responsabilidad Corporativa y coordinar la labor de los tres pilares básicos de la Corporación: TVE, RNE y RTVE.es”.
Respecto a Nasarre, que fue nombrado director de Comunicación en julio de 2012, la corporación aclara que tendrá que “poner en marcha nuevos proyectos y una nueva parrilla de programación para la próxima temporada”. Fuentes del Comité de Empresa consultados por EL BOLETIN mostraron su confianza en que este impulso del que habla la corporación no signifique el fichaje de grandes estrellas de fuera de la casa y de personal externo.
Precisamente, este es uno de los reproches que los empleados de la emisora han hecho a Ventero, que propició el regreso de Luis del Olmo a RNE. Los trabajadores recordaron entonces que se echó “a las estrellas” para “abaratar y apostar por gente de la casa”, una prioridad que queda en entredicho tras la llegada del veterano locutor a la emisora pública.
Con la salida de Ventero, Echenique logra que las aguas en RNE vuelvan a su cauce… Al menos de momento. Y es que gran parte de la plantilla espera que Nasarre responda a las preocupaciones que quedaron plasmadas en el manifiesto firmado por más de 500 empleados: “La velocidad de caída de la audiencia que muestran los últimos datos del EGM”; la pérdida de “las principales señas de identidad que deben caracterizar a una radio pública: independencia y calidad”; las dudas en torno al nuevo proyecto para Radio 5; “el trato de la dirección hacia los trabajadores, la falta de comunicación y transparencia y el hecho de que sus decisiones no se rijan, exclusivamente, por criterios profesionales”.
