Obispos de EEUU visitan La Habana

Opinión

Obispos de EEUU visitan La Habana

Una nueva muestra de la aparente calma que aún persiste en las relaciones entre la Iglesia Católica y las autoridades cubanas es la llegada esta semana de tres obispos estadounidenses a La Habana, para una reunión con sus homólogos en la Isla. El último viaje a la mayor de las Antillas de una delegación episcopal estadounidense fue en agosto del 2008, precisamente cuando el primero de los tres huracanes irrumpía en la economía del país caribeño dejando pérdidas de, según el propio Raúl Castro, 10.000 millones de dólares. Unas cifras, por cierto, que muy pocos expertos se creen.

Se puede decir que con este viaje se confirma la tranquilidad que reina en los últimos años entre Gobierno e Iglesia, una difícil relación que durante los últimos 50 años ha sufrido muchos altibajos, con períodos de agudo choque y otros de convivencia como el actual, iniciado hace una década con la visita del Papa Juan Pablo II a la Isla. Pese a esta aparente calma, muchos saben que detrás del trato respetuoso se esconde una especie de “pacto” entre las dos partes por el que el Gobierno permite este tipo de actos a cambio del silencio de la Iglesia, que en numerosas ocasiones se ha pronunciado contra la política represiva frente a los disidentes.

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