Wall Street, sin miedo a repetir la burbuja ‘puntocom’

Economía

Wall Street, sin miedo a repetir la burbuja ‘puntocom’

El explosivo debut bursátil protagonizado ayer por LinkedIn, que duplicó en un solo día su valor de mercado, ha puesto de manifiesto el enorme atractivo que despiertan las nuevas estrellas de Internet para los inversores. Wall Street parece no tener miedo a las tesis que alertan de la existencia de una burbuja como la que se gestó a finales de los noventa y de la que aún no se han recuperado los mercados.

La banca de inversión será una de las grandes beneficiadas. De hecho, ya ha comenzado a serlo. Según la consultora de servicios financieros Freeman &Co, Morgan Stanley, Bank of America y JP Morgan se embolsaron entre 21 y 24 millones de dólares con los honorarios que recibieron por actuar como colocadores en la salida a Bolsa de la red social de perfiles profesionales.

Pero estas ganancias podrían crecer exponencialmente si se cumplen los pronósticos del mercado y otras compañías como Facebook, Twitter o Zynga se atreven a dar el paso. La comisión que suele cobrar la banca de inversión para preparar las IPO suele rondar el 6% o el 7%, según afirma Marketwach.com, un gran negocio para los titanes de Wall Street.

Por lo que por el momento poco parecen importar las advertencias de una posible burbuja 2.0. LinkedIn generó unos beneficios de 15,4 millones de dólares el año pasado y unos ingresos de 243 millones, 40 veces menos que su valor de mercado (10.000 millones). Pero aún hay más, en los documentos que presentó a las autoridades regulatorias dijo que espera que el crecimiento de la facturación se desacelere y advirtió que no será rentable en 2011 porque está invirtiendo en tecnología y desarrollo de productos.

Este es sólo un ejemplo de la falta de coherencia entre la valoración de las ‘startups’ (como se conoce a los proyectos de empresas innovadoras con grandes posibilidades de crecimiento) y su capacidad de generar ingresos, que nada tienen que ver con los ratios que se aplican a las empresas de la economía real.

Twitter está tasada en 4.500 millones de dólares, 100 veces más de lo que facturó el año pasado y 45 veces más de lo que espera ingresar en 2011. La valoración de esta compañía, como sucede con el resto de las tecnológicas del nuevo orden se basa en el interés que muestran los acaudalados inversores en los mercados privados de Internet, tales como SecondMarket o SharesPost, que no están sujetos al control de la SEC.

Las últimas tasaciones de Facebook (que se encuentra en el centro de la actual galaxia virtual) ascienden a 65.000 millones de dólares, una cifra que es 30 veces superior a sus ingresos anuales. Además, la archiconocida red social vive de la publicidad (como muchas de las nuevas estrellas de Internet) y no factura directamente ni planea hacerlo a los más de 600 millones de usuarios que tiene en todo el mundo.

Facebook, que no vende nada más que publicidad, duplica el valor de una compañía como Inditex, un gigante textil que cuenta con más de 5.000 tiendas de Zara y que gana 1.700 millones de euros, más de lo que ingresa la red social.

La publicidad online crece año tras año robando un trozo del pastel a los medios tradicionales. Según los cálculos de JP Morgan, el año pasado movió 60.279 millones de dólares y aumentará a un ritmo del 17% hasta alcanzar los 100.000 millones en 2014. Pero esta cifra no es suficiente para multiplicar por diez los ingresos de Facebook o Twitter y justificar un valor bursátil de miles de millones de dólares. Con esto sobre el tapete, ¿cómo no hablar de burbuja?, se preguntan muchos inversores y analistas.

Pero dar por hecho que la historia está a punto de repetirse no es fácil, sobre todo, porque Internet tiene poco que ver con lo que era en el año 2000. En aquel entonces, cuando estalló la burbuja, apenas el 5% de la población mundial disponía de conexión a la Red y muchos de estos contaban con la llamada «banda estrecha» (velocidad de línea telefónica de 56 kbps). Además, sólo el 12% de los habitantes del planeta disponía de un teléfono móvil. Ahora, 2.000 millones de personas (un tercio de la población) disponen de banda ancha y, lo más importante, el número de smartphones (teléfonos inteligentes) y tabletas crece vertiginósamente, lo que incrementará el uso de Internet móvil y el desarrollo de aplicaciones. Según los expertos, este hecho marcará (ya ha comenzado a hacerlo) una auténtica revolución en los mercados online, tanto el de la publicidad, como el del entretenimiento, así como el del comercio electrónico.

LinkedIn es la prueba de fuego para el sector, que se resiste a dar el paso. Facebook se ha puesto abril de 2012 como fecha orientativa, Skype ha aplazado el proyecto de forma indefinida, y Twitter y Groupon lo desmienten constantemente.

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