Esperanza desata la locura de 400 pensionistas en un salón de celebraciones

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Esperanza desata la locura de 400 pensionistas en un salón de celebraciones

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sigue siendo el foco de interés, la estrella de la campaña electoral, y ha brillado entre los 400 jubilados que le estaban esperando en el acto de presentación de sus propuestas para los más mayores.

El acto se ha realizado en el salón de celebraciones situado en Puente de Vallecas y ha contado con 400 asistentes que gozaban de un magnífico estado de salud, que incluso se animaron a bailar un chotis y no pararon de aclamar y vitorear a la presidenta manera activa durante todo el acto.

En primer lugar, Esperanza ha protagonizado una entrada triunfal al lugar, ya que los aplausos eran más potentes que la sintonía del PP, que rozaba el umbral auditivo.
Tras la sonada ovación que casi acaba con la cristalería del mesón donde se realizaba el acto, se le dieron varias y agradables sorpresas. La primera ha sido una made in Spain, como aseguraba la conductora del acto, ya que no hay nada más español que bailar un pasodoble, y la palabra español, tiene la «e» de Esperanza.

El baile realizado por la asociación de mujeres siglo XXI no se ha caracterizado por una puesta en escena espectacular, sino que llevaba implícito el apoyo a Esperanza, su amor incondicional, ya que la letra de la canción repetía una y otra vez la palabra guapa entre el griterío de los asistentes. Para finalizar, en un acto de pasión hacia Esperanza, las bailarinas se han quitado los mantones y los han unido para mostrar el mensaje: «Presidenta en Vallecas te queremos»

Entre tanta algarabía Esperanza ha pedido que los chulapos también bailen – para quién diga que desde el PP no se apuesta por la política de igualdad- y su petición fue satisfecha al final del evento. La segunda sorpresa fue una pulsera del PP de Vallecas, que no dudó en ponerse.

Durante la intervención de Esperanza, no paró de haber un murmullo, un ruido constante, y no en este caso no se trataban de alabanzas a su persona, sino el ruido que hacían las cucharas contra las tazas de café.

La mayoría de los jubilados que asistieron al evento esperaban a Esperanza como los niños esperan a los Reyes Magos. Desbordaban ilusión, expectación y ante todo amor a su presidenta. Nadie se fue de vacío del acto y Esperanza como estrella mediática que es, firmó autógrafos a los 400 asistentes al evento, entre codazos y empujones para poder conseguir tan ansiado trofeo.

Para concluir, un grupo de auxiliares de dependencia se manifestaron a la puerta del mesón, y que muy a su pesar no fueron tan escuchados como las alabanzas y piropos a la «esperanza de Madrid».

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