En España se ha aprobado por fin el Fondo para la Reestructuración Ordenada Bancaria. El FROB. Un plan que, según la mayor parte de los analistas, está pensado más para las cajas de ahorros que para los bancos. En la actualidad, no resulta aventurado imaginar que el sistema financiero español se contraerá cerca de un 20% y que los recortes de costes, más las nuevas tecnologías limitarán la expansión territorial, ese eufemismo con el que se denomina a la apertura de sucursales. Es cierto que, algunas cajas, abrieron oficinas innecesarias, en ocasiones sólo para acompañar alguna promoción inmobiliaria de la que eran financiadores.
Hoy ese escenario ya no se contempla y la solvencia y la gestión son los dos puntos importantes y, por eso, en el texto del FROB se hace especial hincapié en ambos asuntos. Y la gran cuestión es que, en este decreto ley no está aclarado de modo suficiente, cuál será el papel que jugarán los gobiernos autonómicos.
