Garzón pidió la recusación de estos magistrados por considerar que están inhabilitados para juzgarle con la suficiente imparcialidad al haber intervenido en la instrucción de la causa y tener un “interés directo” en la misma. Los apartados son el propio presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Juan Saavedra Ruíz, y los jueces Adolfo Prego, Joaquín Giménez García, Francisco Monterde y Juan Ramón Berdugo.
La decisión no ha estado exenta de polémica, ya que a la ausencia de Saavedra de la reunión dónde se ha tomado esta decisión, se ha unido que el ponente inicial, el presidente de lo Militar, Ángel Calderón, ha anunciado su intención de emitir un voto particular discrepante, por lo que la ponencia ha recaído en el presidente de la Sala de lo Social, Gonzalo Moliner. El auto junto con el voto particular se dará a conocer en los próximos días.
El alto tribunal deberá ahora designar otros cinco magistrados de la Sala de lo Penal para formar el tribunal que decida sobre esta causa. A la espera de esto, el Supremo ha dado un balón de oxígeno a Garzón que ha visto como en los últimos meses sus investigaciones le han costado ser suspendido de manera provisional de sus responsabilidades.