La presidenta del Congreso avisa de que «denigrar lo público» tiene coste y pide más asunción de responsabilidades

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La presidenta del Congreso avisa de que «denigrar lo público» tiene coste y pide más asunción de responsabilidades

"La mejor manera de incidir en la actuación de los partidos y configurar el debate público es implicarse en lo común".

La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, presidiendo una reunión de la Diputación Permanente

La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, ha advertido de que «denigrar lo público» tiene un coste enorme para toda la sociedad y ha defendido que todo el mundo debe asumir responsabilidades, cada uno en su ámbito.

Lo ha dicho este martes, en una sesión del ciclo ‘España en el contexto geopolítico de la pospandemia’ organizado por el Cercle d’Economia.

En el coloquio también han participado el catedrático en el Quality of Government Institute de la Universidad de Göteborg, Victor Lapuente; el presidente del Cercle d’Economia, Javier Faus, y el vicepresidente, Jordi Gual.

Batet, que ha reivindicado la política, ha sostenido que «una de las grandes contradicciones» que se vive en España es que cuando se es capaz de reconocer las fortalezas y logros colectivos, no se reconoce que detrás de cada uno de ellos hay una decisión política, un liderazgo político y una inversión pública.

«No hay ni atajos ni alternativas, ni ideas mágicas, ni gobiernos de expertos, ni respuestas simples a problemas complejos. No hay decisión difícil que no exija valoración política. Negarlo no reduce la politización de las decisiones, simplemente lo oculta», ha añadido.

La exministra ha asegurado que nunca se decide sobre lo bueno o lo malo, ya que las decisiones son mucho más complejas, por lo que, ha añadido, defender lo público exige crítica, una crítica dura y profunda, pero también defender lo logrado y tener en cuenta la valoración de los efectos sociales del empobrecimiento del sector público.

RESPONSABILIDAD

En este sentido, Batet ha llamado a la asunción de responsabilidades por parte de todo el mundo porque, ha defendido, «la mejor y más efectiva manera de incidir en la actuación de los partidos y configurar el debate público es implicarse en lo común. Hacerse cargo de lo común».

«¿Hay ‘Azañas’ en la política actual, hay ‘Güells’ en el mundo empresarial actual, hay ‘Chaves Nogales’ en el mundo periodístico actual? Yo creo que la calidad democrática no depende solo y exclusivamente de los representantes políticos», ha añadido, y ha llamado a encontrarlos y que se impliquen e involucren en lo común.

Ha añadido que para mejorar la calidad de la política no se puede esperar y ser meros espectadores, y ha sostenido que los riesgos para la democracia son los de siempre y, citando a Bernard Crick, ha defendido la necesidad de «más y no menos política», sobre todo en esta crisis sanitaria y económica, en sus palabras.

LAPUENTE

Por su parte, Lapuente ha defendido la necesidad de despolitizar las administraciones para que prime la meritocracia, con la combinación de criterios técnicos y políticos para adelgazar «la capa de cargos de la administración pública que están politizados».

«Una administración pública politizada toma peores decisiones. Se toman peores decisiones públicas», ha asegurado, y ha lamentado que los jóvenes no quieren entrar en la administración y que ésta esté envejecida.

Ha criticado que la burocratización afecta a los recursos y ha llamado a adoptar una mayor cultura de la transparencia en las administraciones: «En las colaboraciones público-privadas la transparencia es fundamental».

Gual ha puesto el foco en la importancia del sector público en el relanzamiento de la productividad y ha sostenido que en los últimos 20 años la productividad total de los factores (PTF) de España ha crecido a un 0,2% anual, frente al 0,4% de la eurozona.

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