Pésimo el 2021 según los babalawos cubanos

Desde el malecón

Pésimo el 2021 según los babalawos cubanos

El año, según las caracolas, no podrá ser peor.

balawavos

No hubo ser viviente en la isla que en este despertar del 2021 indagara por la conocida Letra del Año emitida por el alto mando de la religión Yoruba luego de un consenso de carácter nacional. Dentro de tantas desgracias e inconvenientes anunciados para Cuba y el resto del mundo, alegra el consuelo de la puesta en marcha de la vacuna contra la Covid-19 al quedar anunciado “un bien de salud sobre la tierra que proporciona Orunla.”

El año, según las caracolas, no podrá ser peor. A saber y en alarmante aumento:

Desacato a la autoridad en sentido general, desastres naturales, flujo migratorio, pérdidas de vidas humanas por emigración ilegal, violaciones territoriales, jurídicas y sexuales, tensiones políticas, sociales y religiosas que pueden conllevar a un conflicto y también subida de la mortalidad materno infantil por malos procedimientos.

Extensa es la lista de las desgracias. Le seguirán el aumento en la ingestión de bebidas alcohólicas, las estafas, robos y asaltos; las falsas consagraciones y las profanaciones religiosas, la deformación moral, y el incremento en la adulteración de alimentos y bebidas que generen intoxicaciones alimentarias, así como los hechos delictivos.

Como mala nueva, además, los incumplimientos y rupturas de convenios y el crecimiento de enfermedades infecto-contagiosas, gastrointestinales y del sistema nervioso.

Los siempre esperados y llamativos refranes no son otros que “el que ríe último, ríe mejor” y “a veces lo que le gusta es lo que tiene que hacer.”

La Letra se acompaña con una extensa relación de recomendaciones.

De las diversas sugerencias u ordenanzas, se deberán cumplir variadas ofrendas durante siete días y al octavo acudir al río más cercano y sacrificar una gallina en momentos en que encontrar esa ave en Cuba es como la aguja en el pajar.

Finalmente, y como aspecto de interés, resalta la recomendación de concurrir ante el padrino respectivo y solicitar “reforzar la puerta de la casa.”

Y no pocos cubanos lo cumplirán con ardiente pasión vivan donde vivan.

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