La deuda pública en manos de la banca se acerca a los máximos anteriores a las compras del BCE

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La deuda pública en manos de la banca se acerca a los máximos anteriores a las compras del BCE

Los bancos de la eurozona tienen en sus balances 1,8 billones de euros en deuda soberana.

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El círculo vicioso entre la deuda soberana y los bancos fue uno de los detonantes de la crisis que hace una década estuvo a punto de llevarse por delante el euro. A pesar de los esfuerzos desde entonces para intentar que esta situación no volviera a producirse, la crisis desatada por la pandemia del covid-19 ha tenido como efecto colateral que las entidades financieras se hayan vuelto a atiborrar de los bonos emitidos por los gobiernos. Un escenario que no es preocupante en el corto plazo gracias al paraguas del BCE, pero que puede acabar convirtiéndose en una bomba de relojería.

De acuerdo con las últimas estadísticas que ofrece el Banco Central Europeo (BCE), referidas a octubre, los bancos de la eurozona tienen en sus balances bonos soberanos por valor de más de 1,80 billones de euros, un aumento de casi 300.000 millones respecto a los 1,51 billones de febrero, el mes inmediatamente anterior a que estallase la pandemia. En diciembre del año pasado la cifra era de 1,46 billones.

El récord de estos títulos en balance de la banca se alcanzó en febrero de 2015 -justo el mes anterior al inicio de las compras de bonos del BCE-, con 1,92 billones de euros. Desde entonces, los bancos fueron reduciendo su exposición al tiempo que la institución se convertía en la gran protagonista de los mercados de deuda. Sin embargo, el inicio de la pandemia ha dado un giro total a la tendencia, acercando de nuevo la cifra a máximos a medida que los Gobiernos han disparado la emisión de deuda para financiar los costosos planes, y a pesar de que el banco central ha incrementado el volumen de sus adquisiciones.

“En Europa no se puede dar por sentado que el BCE siempre intervendrá”, avisa Jérôme Legras, jefe de investigación de Axiom Alternative Investments, en declaraciones a The Wall Street Journal. “El riesgo es casi nulo en un horizonte de dos o tres años. Pero después de eso, la situación cambiará radicalmente” una vez que los inversores empiecen a evaluar la sostenibilidad de la deuda de algunos países, abunda Lorenzo Codogno, ex economista jefe del Tesoro italiano.

Andrew Mulliner, gestor de Janus Henderson, apunta asimismo que, dado que los rendimientos son tan bajos, la tenencia de los valores se ha vuelto menos atractiva para los inversores privados. Eso significa que los bancos tendrán un papel cada vez más importante en las compras. “Es un amplificador de riesgo”, considera este experto. “Dicho esto, si su soberano va a quebrar, es probable que sus bancos también lo hagan, tengan o no mucha deuda pública”.

Entre los bancos que más bonos soberanos siguen comprando destacan los italianos, que en febrero tenían en cartera algo más de 453.000 millones de euros en deuda soberana y en octubre alcanzaban ya los 519.669 millones. Más modesto ha sido el incremento en las entidades españolas, que han pasado en estos ocho primeros meses de la pandemia de una exposición de 217.283millones a una de 259.011 millones, lo que supone sumar 41.728 millones.

Por encima de los bancos españoles se sitúan también los alemanes, que tienen en cartera 292.317 millones, mientras que los franceses poseen 274.258 millones de euros en deuda pública gubernamental. En ambos casos las cifras suponen incrementos considerables, de 37.854 millones en el caso de Alemania y de 90.955 millones en el de Francia.

El BCE no da un desglose de los países a los que están expuestos los bancos a través de la deuda soberana, aunque por lógica tradicionalmente suelen estar más expuestos a sus países de origen.

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