La movilidad laboral registró un «claro frenazo» entre abril y junio por el estado de alarma y los ERTE

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La movilidad laboral registró un «claro frenazo» entre abril y junio por el estado de alarma y los ERTE

A partir de ahí, el índice subió entre julio y septiembre hasta el 3,5% mensual, pero los autores avisan de que esto no puede calificarse como una "recuperación".

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El índice de dinamismo laboral que elaboran Meta 4 y el IESE para analizar los movimientos producidos en la fuerza laboral que no implican creación ni destrucción de puestos de trabajo sobre el volumen total empleo experimentó entre abril y junio, coincidiendo con el estado de alarma, un «claro frenazo», para después repuntar en meses posteriores aunque sin llegar a los niveles pre-pandemia.

Según este indicador, elaborado a partir de una muestra de 77.400 trabajadores de 255 empresas, desde agosto de 2019 hasta septiembre de 2020 alrededor de 3,5 trabajadores de cada 100 han estado involucrados en un cambio o sustitución de puesto, lo que supone que casi el 2% de los puestos de trabajo fueron reemplazados mensualmente, reduciendóse así en algo más de la mitad respecto a la tasa de un año antes.

Así, el estudio subraya que mientras el dinamismo laboral se mantuvo relativamente constante desde mediados de 2018 hasta septiembre de 2019, con un porcentaje de alrededor del 6% mensual, durante el último trimestre de 2019 se observa un descenso que llega hasta el periodo abril-junio 2020.

A partir de ahí, el índice subió entre julio y septiembre hasta el 3,5% mensual, pero los autores avisan de que esto no puede calificarse como una «recuperación».

«Entre el último trimestre de 2019 y los primeros nueve meses de 2020 se ha experimentado una etapa con un menor movimiento en el mercado de trabajo, asociada a una menor creación y destrucción de puestos de trabajo. A su vez, los datos también señalan un frenazo entre abril y junio de 2020», apunta el informe.

La profesora del IESE Business School y una de las directoras de la investigación de este indicador, Marta Elvira, ha señalado que los datos de los últimos meses podrían estar afectados por los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que reducen la movilidad interna y externa. «Una vez expiren los mismos, se podrá observar el efecto definitivo de la pandemia en la movilidad laboral», subraya.

El estudio revela además que los salarios más bajos se han mantenido constantes desde enero de 2019, experimentando un pequeño aumento con el cambio de año, que puede deberse a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Por el contrario, los salarios más altos han ido creciendo a diferente velocidad durante 2018 y hasta febrero de 2019, para estabilizarse a partir de esta fecha hasta finales de año, cuando experimentaron «un marcado crecimiento».

En el caso de 2020, el estudio apunta que ha sido un año de moderación para los salarios más altos, tocaron su mínimo en julio, recuperándose en los meses de agosto y septiembre. «Estos datos sugieren que las variaciones generales registradas son fruto, sobre todo, de los movimientos, principalmente al alza, de los salarios más altos», indica el informe.

Según el IESE y Meta 4, aquellas empresas que experimentan un mayor movimiento de trabajadores son también las que disponen de los salarios medianos más bajos. Por el contrario, las empresas con mayores valores de salario mediano reflejan niveles de dinamismo interno «relativamente contenido».

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