Bárcenas declaró ante el juez que «había en marcha una operación del Ministerio de Interior» para «amedrentarle»

Operación Kitchen

Bárcenas declaró ante el juez que «había en marcha una operación del Ministerio de Interior» para «amedrentarle»

Dice que entregó a Gómez de Liaño documentos que acabaron en manos de Villarejo

Luis Bárcenas tesorero

El ex tesorero del PP Luis Bárcenas declaró ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón que durante su primera estancia en prisión preventiva, en 2013, «había en marcha una operación del Ministerio de Interior» para «amedrentarle», mostrándose seguro de que sus conversaciones con su entonces abogado, Javier Gómez de Liaño, en la cárcel se grabaron sin que mediara orden judicial.

En su declaración del 21 de febrero de 2019 ante García Castellón por la investigación de la ‘Operación Kitchen’, a la que ha tenido acceso Europa Press, Bárcenas se ratificó en lo que ya había declarado ante el juez Pablo Ruz el 15 de julio de 2013 en el marco de la causa abierta por sus apuntes manuscritos sobre la presunta ‘caja B’ del Partido Popular, cuando ya denunció supuestas maniobras para espiarle.

«Mis circunstancias en prisión preventiva en esta ocasión no tienen nada que ver con mis circunstancias en prisión preventiva en esos diez/nueve meses, como consecuencia de que –ahora lo sabemos– había en marcha una operación en el Ministerio de Interior para amedrentarme. Eso existía entonces, ahora no existe», dijo el antiguo responsable de las cuentas del PP ante García Castellón.

Interrogado directamente por el fiscal sobre si tenía algún dato nuevo para hacer tal afirmación, Bárcenas se mostró «absolutamente convencido» de que sus reuniones con Gómez de Liaño en prisión habían sido grabadas. «De todos los locutorios que hay en ese centro, hay tres que están preparados para grabar conversaciones, y una prueba clarísima de que eso es así es que yo me iba a otro y un funcionario salía y me decía: ‘Colóquese en este’, siempre en esos tres», contestó.

Bárcenas deslizó que la orden para que esas conversaciones quedaran registradas podría haber partido de Jorge Fernández Díaz. «Esas grabaciones existen y no están hechas por autorización judicial, evidentemente, con lo cual, ahora que conocemos la existencia de esa operación, no me extrañaría que el ministro de Interior diese las instrucciones correspondientes a Instituciones Penitenciarias», comentó.

El ex tesorero explicó que esa operación obedecía a que en el PP «suponían que existían grabaciones y vídeos» de distintos dirigentes con Bárcenas que éste se habría encargado de registrar a modo de seguro. En concreto, en la declaración de ese 21 de febrero salen a colación dos reuniones: una con Javier Arenas en un restaurante de Sevilla y otra en la sede del PP en la que estarían presentes el ex presidente del Gobierno Mariano Rajoy, la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, Arenas, Bárcenas y su mujer.

Bárcenas confirmó ante García Castellón, y siempre a preguntas de la Fiscalía, que esas dos reuniones existieron y sobre la que se produjo en el despacho de Rajoy en Génova narró que se quejó al entonces inquilino de la Moncloa de «la forma en que María Dolores de Cospedal llevaba esos temas, porque filtraba permanentemente a la prensa». «Y llegó un momento que le dije a Mariano Rajoy: ‘O paras a María Dolores de Cospedal y le dices que deje de intoxicar o te quedas sin secretaria general, algo así'», relató.

No obstante, al mismo tiempo fue enfático al declarar que «jamás» ha grabado una conversación, «ni en vídeo ni en audio», y achacó la preocupación en el PP por ese material a «la realidad paralela que habían creado los medios en cuanto a la existencia de determinadas pruebas». «Había mucha preocupación. A mí me enviaron una persona a (la cárcel de) Soto del Real para ofrecerme negociar a cambio de no declarar», apostilló, recordando así otro de los pasajes expuestos a Ruz.

EL PAPEL DE GÓMEZ DE LIAÑO
Por otro lado, el Ministerio Público se mostró interesado en cómo pudieron llegar una serie de documentos de Bárcenas a manos del ex comisario José Manuel Villarejo, ahora en prisión preventiva por sus oscuros negocios, incluida la ‘Kitchen’, donde se investiga la existencia de una operación para espiar al ex tesorero con intervención de la cúpula policial del momento y a costa de fondos reservados del Ministerio de Interior para acceder a todo su material antes que la justicia.

Sobre Gómez de Liaño, Bárcenas contó que su anterior letrado le dejó al publicarse en ‘El Mundo’ una conversación entre el periodista Pedro J. Ramírez y el ex tesorero –que según este último no fue una entrevista sino una charla informal–. De acuerdo con Bárcenas, Gómez de Liaño aceptó asumir su defensa a cambio de que fuera el abogado y ex juez de la Audiencia Nacional quien marcara la estrategia y, para ello, le pidió que le entregara toda la documentación que tuviera, algo que su ya cliente aceptó.

El fiscal le planteó entonces a Bárcenas la posibilidad de que fuera Gómez de Liaño, dada su amistad con Ramírez, quien filtrara esos documentos y que de esa forma recalaran en Villarejo. «Lo desconozco», respondió en todo momento. Sin embargo, en esa misma comparecencia reconoció algunos documentos que le había entregado al abogado y que después aparecieron en los registros al ex comisario. «Esto estaría en el bloque que yo le hice llegar al señor Gómez de Liaño», aseveró.

El ex tesorero, insistiendo en que desconoce lo que pudo hacer Gómez de Liaño con esa información, aportó su propia teoría, que tendría como culpable a su antiguo conductor, Sergio Ríos Esgueva, al que García Castellón investiga como posible espía de la ‘Kitchen’. «El señor Villarejo los puede tener porque Sergio se los ha proporcionado, no se me ocurre otra», expuso.

En este sentido, Bárcenas relató hasta dos ocasiones en las que su ex chófer pudo haber accedido a la información que acabó vertiendo en Villarejo, cuando su mujer, Rosalía Iglesias, pidió al conductor que llevara a Gómez de Liaño un teléfono y una tableta de su marido y cuando le llevó al abogado ese «bloque» de documentos. «Pudo haberlos fotocopiado», sugirió.

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