Sánchez no entiende que el PP, condenado por corrupción, se escude en la imputación de Podemos

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Sánchez no entiende que el PP, condenado por corrupción, se escude en la imputación de Podemos

Dice que no quiere a la formación de Casado como muleta para mantenerse en el poder, pero tampoco que lo sea de Vox.

Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, contestó este martes al PP que no pretende que sea su muleta para mantenerse en el poder, pero tampoco quiere que lo sea de Vox, y se mofó de que la formación de Pablo Casado pretenda «dar lecciones» con la imputación de Podemos por presunta corrupción cuando los populares sí llegaron a ser condenados por este delito.

En su respuesta a las réplicas de los grupos parlamentarios durante su comparecencia en el Senado para esbozar las líneas generales de su Gobierno, postergada por la irrupción del coronavirus, Sánchez se centró en este grupo parlamentario y su portavoz, Javier Maroto. “Por nada del mundo me gustaría verme en su piel”, le espetó, diciendo que entendía su incomodidad en un partido “errático” que a veces le obliga a vestirse de centrista y pactista y a veces de lo contrario, según la ocurrencia de ese día del presidente del PP, Pablo Casado.

Respondiendo a la intervención inicial de Maroto, quien se negó a ser la “muleta” de Sánchez para mantenerse en el poder, el presidente le dio la vuelta para contestarle: “No quiero que se conviertan ustedes en la muleta de la ultraderecha”.

Acto seguido, afeó al PP que primero se negara a apoyar las prórrogas de un instrumento “imprescindible” como el estado de alarma, como a su juicio debía haber hecho en tanto que partido de Estado, y ahora la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, diga que no se puede pasar del estado de alarma a la nada. También usó esa frase contra su autora preguntando si la dirigente popular “es el estado de alarma o la nada”.

Sánchez dio por sentado que nadie puede negar la necesidad de unos nuevos Presupuestos y rechazó la propuesta de la agencia para gestionar los fondos europeos que ofreció a cambio diciendo que “ya existe y se llama Gobierno”.

Pasando a la renovación del CGPJ, ironizó que el PP no quiera negociarla con el Gobierno porque Unidas Podemos esté imputado cuando la formación de Casaso ya ha sido condenada y, por esa regla de tres, nadie se podría acercar a los populares. Así, rechazó que el PP pretenda dar «lecciones» al Ejecutivo de coalición en este sentido.

Finalmente, se mofó de que, poniendo como condición para negociar con el Gobierno que no esté Unidas Podemos, lo que el PP apunta es que sólo negociará con el Ejecutivo cuando éste se disuelva. Y recriminó al PP que, en vez de alegrarse del fondo que aprobó el Consejo Europeo contra el coronavirus, lo presente casi como un rescate.

RESTO DE GRUPOS

A la portavoz de ERC, Mirella Cortès, le prometió fortalecer la mesa de diálogo con Cataluña, si bien le reiteró que defenderá una solución dentro de la Constitución. Además, le reconoció el tono constructivo pese a la situación que está sufriendo el presidente del partido, Oriol Junqueras. Ante EH Bildu, dijo en el mismo sentido empático que lamentaba profundamente el suicidio del etarra Igor González en la prisión de Martutene y aseguró que se le había aplicado el protocolo para evitar estos sucesos.

A la de Ciudadanos, Lorena Roldán, le agradeció el apoyo de Cs a las prórrogas del estado de alarma, pero le afeó que no sea coherente con su petición de “tregua política” con algunas críticas. Él le contestó con la tardanza del Gobierno de coalición PP-Cs en la Comunidad de Madrid en aprobar su plan de vuelta al colegio.

A Catalunya en Comú, ubicado en el grupo de La Izquierda Confederal, trató de explicarle las supuestas bondades del decreto sobre el superávit municipal, del que recela esta formación a la que pertenece la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, contraria a prestar el remanente al Ministerio de Hacienda en lugar de invertirlo directamente. Le quiso hacer ver el absurdo que supondría que los ayuntamientos se quedaran sin ejecutar las inversiones que desea por no aceptar este giro que pretende soslayar la regla de gasto impuesta por la Ley de Estabilidad.

A Junts per Catalunya le contestó que “a los catalanes no les preocupa ahora una Cataluña independiente sino controlar el virus” y para eso le prometió toda colaboración dentro del respeto a las competencias autonómicas. Aprovechando que el independentismo maneja ahora el concepto de “confrontación inteligente”, dedujo que la de 2017 no lo fue y se mostró de acuerdo apostando en su lugar por el diálogo.

Con Vox ironizó que este partido está pasando un momento difícil porque “la nómina de candidatos de salvación nacional anda un poco escasa” como para presentar la anunciada moción de censura. Atribuyó a una “xenofobia degradante” el concepto de “virus chino” y bromeó que “la vida sigue” y “la realidad se abre paso pese a ustedes” y su «mundo paralelo e imaginario de enfrentamiento y exclusión».

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